El pasado 30 de abril, el número de personas infectadas en el mundo se elevaba a más de 2.800.000, con más de 200.000 muertos y 817.000 recuperados. En España, el número de fallecidos era de 24.543, con 213.435 contagiados y 112.050 recuperados, siendo de resaltar muy positivamente que ese día solamente se produjeron 268 muertes a causa del maldito Coronavirus.
En lo que respecta a Galicia los casos activos al citado 30 de abril se situaban en 3.486, los curados ascendían a 5.573 y los muertos a 551, siendo de resaltar que en ese último día de abril no se registró ni un solo muerto por Coronavirus en toda la Comunidad. ¡Por suerte, la luz al final del túnel era ya más perceptible!.
Y a la vista de la positiva evolución de la pandemia, ese mismo 30 de abril el Gobierno acordó que a partir del sábado 2 de mayo (Aniversario de la Guerra de la Independencia de 1808, en España) se permitían los paseos y la práctica individualizada de deportes, con unas franjas horarias que seguramente ustedes ya conocen y utilizan.
En cuanto a la posible desescalada por provincias, cabe resaltar que las de Lugo y Pontevedra estaban menos afectadas por el Coronavirus que las de La Coruña y Ourense; y que, a partir de anteayer, día 4 de mayo se permiten las ferias y mercados, guardando las medidas de seguridad diseñadas en el mes de marzo, y teniendo en cuenta que entre los puestos debe haber seis metros de distancia. ¡Menos da una piedra!.
La gente trata de pasar el resto de las horas de confinamiento forzoso como cada uno buenamente (o malamente) puede, en función de muy diversos factores: número de personas que conviven, edades de las mismas, lugar de residencia, espacio con el que cuentan dentro de su vivienda, medios tecnológicos de los que disponen, situación económica, profesión, aficiones, etc.
Por cierto, desde O Burgo-Culleredo (La Coruña), mi excelente amiga Remedios Mata Ruzo (foto 1), magnífica pintora aficionada, me lanza este amistoso reproche: “Qué morro tienes. Un hombre que ha viajado por todo el mundo, y tiene que hacerle la comida su hermana. Ya te vale!. ??? “. Y al día siguiente, añadió: “Tu hiciste una mesa en el confinamiento. Yo hice unos cuantos cuadros”. Bueno, no fue una mesa exactamente lo que hice, sino un taburete de madera reciclada, con el fin de ponerle un gran tiesto, con un curioso cactus, encima.
Teresita Escuti, una gran dama argentina que conocí durante mi recorrido por Costa Rica en noviembre del 2017, concretamente en Tortuguero, y que aparece a mi lado en la segunda fotografía, con sus amigas Graciela y Ana María, es mi Corresponsal en Córdoba (Argentina), ciudad que visité acompañando al Real Club Deportivo de La Coruña como Enviado Especial de “La Voz de Galicia, en una larga gira futbolística que incluyó Montevideo (Uruguay), Buenos Aires, Tucumán, Córdoba, Salta y Jujuy (Argentina).
Hace unos días, Teresita me remitió una foto de un plato típico de comida que cocinó con motivo de la Fiesta del Primero de Mayo, acompañada del siguiente mensaje: “Este es el famoso “locro argentino” que se come el Primero de mayo y en todas las fiestas patrias. A este yo le agregué, choclos, porotos alubias, lentejas, chorizo de cerdo, carne, zapallo, cebollitas de verdeo, cebolla, panceta ahumada, tomate triturado. Estaba riquísimo, para chuparse los dedos, jajá. De entrada, dos empanadas salteñas. Ahora a correr 10 kilómetros, para bajar todo, ja jajá, ja ja jajá”. ¡Que aproveche, mi muy querida y recordada amiga!.
La funcionaria y buena amiga Conchy Velo Álvarez, me remitió este mensaje: “Buenos días, leído Parte de Guerra. Estoy teletrabajando y hoy, curiosamente, me da envidia (sana) este señor de Ourense. Qué suerte tener ese balcón en el lugar dónde tiene situada la casa. Conozco perfectamente la situación que tiene y bueno, lo de que ve el sol todos los días del año… Será cuando hay, porque en aquella zona las nieblas del invierno no permiten ver mucho el sol. Nada, es sólo una maldad de las 12:25 y muchas gracias por tus Crónicas guerreras. Te sigo deseando mucha salud y que nos sigas contando cosas tan interesantes. Yo sigo a lo mío. Un saludo”. Y yo, también a lo mío. Besos.
Continuando con mi ronda de conversaciones con personas que conforman el denominado “Grupo de Riesgo”, sostuve una animada charla con mi excelente amigo Antonio Gómez Bellón (foto 3). Nacido en La Coruña el 5 de septiembre del año 1945, trabajó en diversos campos de la hostelería, antes de convertirse en un destacado Comercial, debido a su demostrado don de gentes.
Bellón, con el que compartí junta de gobierno en la Real Orden de Caballeros de María Pita, es el Presidente de la Asociación Cultural y Deportiva “Faro de Monte Alto”, en la que realiza una tarea digna de las mayores alabanzas, entidad de la que tengo el honor de haber sido distinguido con su Insignia de Plata por mis frecuentes colaboraciones.
Siendo muy joven emigró a Francia, donde a base de tesón logró abrirse camino en la hostelería y aprender el idioma francés. Comenzó lavando platos, sirviendo mesas en bares, cafeterías y restaurantes, hasta llegar al café-restaurante más importante de Europa: el Lido de París.
Regresó a España y estuvo en la Taberna Galega Breogán, hasta que un cliente le animó a irse a Suiza y le facilitó un buen contrato. Más tarde, volvería a La Coruña para casarse con Cristina, y ya casados regresaron a Suiza, hasta que decidieron retornar definitivamente a su ciudad natal.
De vuelta en La Coruña, tuvo una larga actividad hostelera: Picadilly, La Cabaña del Cazador…. hasta que, merced a su don de gentes, se abrió camino como Comercial, profesión que desempeñó brillantemente hasta su jubilación.
Vive con su mujer, frente a la emblemática Torre de Hércules, con un gato, una tortuga de agua, y varios peces. Su mujer se entiende tan bien con la tortuga, que ésta le indica si tiene hambre. Cuando la saca del agua, la seca, la suelta por el salón, y tras dar un paseo se mete debajo de un sofá a “sobar”. También tienen un canario, pero lo bajaron para el local de “Faro de Monte Alto” porque allí está más contento.
Aunque estuvo muchos años en hostelería, Bellón no sabe cocinar. Me dice que está cansado de tanto encierro, y que resulta deprímete ver tanta soledad en un lugar tan turístico, cuando sale a pasear por el cercano parque de la Torre de Hércules, con el perro de su hija, que vive muy cerca de su casa. También sale a por el pan, y a hacer algún que otro recado, y aprovecha para dar una vuelta.
Dice que no se aburre en absoluto, ya que por las mañanas trabaja algo, desayuna, se ducha, sale a la compra, y vuelve al ordenador. Por la tarde lee, ve un poco la televisión, y luego saca el perro de paseo. Afirma que no hace trampas, y que usa mascarilla y solamente el guante de la mano derecha, ya que es diestro (menos en política, claro). Habla bastante por teléfono con sus hijos y amigos, y mantiene muchos contactos diarios por WhatsApp y correo electrónico.
De momento se encuentra muy bien de salud, y me comenta que recibió un trato fabuloso en el Oncológico, donde recibió 20 sesiones de radioterapia, tras aperarse de cáncer de próstata. El 30 de julio tiene cita con el Dr. Enrique Duarte, Jefe de Urología del Hospital San Rafael, pero espera que nos veamos antes, concretamente el 14-7, para celebrar como de costumbre mi cumpleaños. ¡Allí nos veremos, Bellón!.
Y finalizo por hoy. Prometo seguir dándoles más “Partes de Guerra”. Mientras el cuerpo aguante…. ¡¡¡Saludos y salud!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)