Debido a una petición personal que me hizo mi excelente amiga Dolores Fernández España (Lola F. España), gran pintora y escritora, desde hace unos días el Ayuntamiento de Coristanco (La Coruña) cuenta en su Biblioteca con mi libro “Viajero sin Fronteras. Armenia, Georgia, Azerbaiyán e Irán” (primera fotografía), en el que, a través de 302 páginas, con nada menos que 339 fotografías, recojo de forma amena e ilustrativa el viaje que realicé por esos cuatro países en septiembre y octubre del pasado año. Por eso, a Lolecha le pareció un libro excelente y adecuado para formar parte de la Biblioteca de su pueblo natal, cuyo acertado lema es “Navegando por un mar de libros”.
Una vez superadas las reticencias y obstáculos para desplazarme a Irán (la legendaria Persia), durante casi un mes dediqué la mayor parte de las horas del día (restando muchas horas al sueño) a visitar los lugares más interesantes de los cuatro países citados, siguiendo también la famosa “Ruta de la Seda”. Según comenté ya, se cumplió así un “sueño de infancia”, desde que la lectura de “Las Mil y Una Noches” y los viajes de Marco Polo y otros viajeros y aventureros, excitasen mi ávida imaginación infantil, que me convertirían, a partir de los 17 años, en un veterano y experimentado “Viajero sin Fronteras”.
En este nuevo libro, trato de llevar “virtualmente” de la mano y mostrar y describir lugares, gentes, costumbres, monumentos, gastronomía, caminos, tradiciones, mitos, leyendas, rutas y senderos, flora y fauna de lo más variado y exótico, a la vez que ofrezco mis opiniones de carácter cultural, político, religioso, deportivo o económico. Para conseguir una visión más amplia y más auténtica, he hablado personalmente con gentes de todo tipo y nivel social y económico, tanto en ciudades como en pueblos y aldeas: guías, vendedores, taxistas, militares, aldeanos, religiosos, artistas, vigilantes, bodegueros, camareros, deportistas, comerciantes, hoteleros, cocineros, etc.
Prologado por Chema Paz Gago, Catedrático de Literatura de la Universidad de La Coruña, y con Epílogo a cargo del escritor y gastrónomo Carlos Brea, el libro recoge en su parte final la opinión de medio centenar de personas que disfrutaron con la lectura de las crónicas diarias que envié a los periódicos digitales “21Noticias.com” y “Fedellando.com”, y que también colgué en “Facebook”, donde cuento con 5.000 contactos en todo el mundo.
También es de resaltar que este libro (en edición digitalizada, remitida por Correo Electrónico y WhatsApp) se encuentra en países como Australia, Vietnam, Armenia, Camboya, Argentina, Irán, Myanmar, Austria, Brasil, Sudáfrica, China, Eslovaquia, Guatemala, Zimbabue, Méjico, Portugal, Nepal, Honduras, Zambia, Chile, Indonesia, Costa Rica, Georgia, Uruguay, Francia, El Salvador, Azerbaiyán, Panamá, Nueva Zelanda, Venezuela y Estados Unidos de América.
Y, por último, les diré que si traigo este hecho a mi sección informativa diaria es por dos motivos: porque ya se pueden visitar las bibliotecas, cerradas a cal y canto a causa del maldito Coronavirus, y a que el nombre de Coristanco (y sus muy sabrosas y acreditadas patatas) está presente en bastantes de mis charlas informales con mis amistades. Tal cual, se lo cuento.
Hace unos días les comenté que el gran compositor betanceiro Paco Casal, autor de nada menos que 651 obras musicales, había creado un bonito video musical con el vals “Roberto L. Moskowich. Viajero sin Fronteras”, composición de su autoría que me había regalado durante la comida de mi cumpleaños del año 2018.
Paco Casal utilizó en este video 52 fotografías, de otros tantos viajes míos a 52 países, del más de un centenar en los que he estado a lo largo de mi densa y extensa vida como “Viajero sin Fronteras”. Y entre esas instantáneas se encuentra una en la que estoy con Rafa Carpacho, jefe de prensa del Real Club Deportivo, con motivo de un partido de la Copa de Europa que el equipo blanquiazul disputó en el legendario Estadio de Anfield (segunda fotografía), el del famoso eslogan “Nunca caminareis solos”.
Entre las numerosas personas que han visto ya el mencionado vídeo (que está colgado en diversas redes sociales y plataformas informativas) se encuentra el mencionado Rafa Carpacho, quien me ha remitido el siguiente mensaje: “Muchas gracias. Me encantó. Un abrazo”. Gratitud y felicitación que transmito a Paco Casal, ya que es el autor de todo el trabajo.
Turno ahora para los incluidos en el “Grupo de Riesgo”, del Coronavirus. Y hoy se asoma a mi ventana informativa Antonio Campos Romay, gran amigo y ex compañero en la Primera Corporación Democrática del Ayuntamiento de La Coruña (2º por la derecha, en la 3ª foto, de la celebración del 17º Aniversario de la misma).
Nacido en Poio (Pontevedra), el 15 de mayo de 1946, Antonio-Martín-Ramón, que así se llama, es coruñés de pleno ejercicio. Funcionario, político y escritor, es Titulado Mercantil y en Ciencias de la Enfermería. Fue funcionario de los Servicios de Inspección Sanitaria de la Consellería de Sanidad de la Xunta, Teniente de Alcalde de La Coruña, Diputado Provincial y Portavoz del Grupo Provincial Socialista, y en las Autonómicas de 1985 fue elegido Parlamentario por la Provincia de La Coruña.
Colaborador habitual de “Xornal de Galicia”, en el verano del año 1982, durante la movilización contra los vertidos radioactivos, Campos Romay tomó parte en la expedición del barco “Arosa I”, como representante del gobierno municipal coruñés, asistiendo más tarde como observador a la “VII Reunión Consultiva de la Convención Marítima Internacional para la prevención de la contaminación”, celebrada en Londres.
Cuando hablé telefónicamente con Campos me dijo que estaba cansado del largo encierro, que soportó leyendo (ahora está con un Tratado sobre Filosofía), escribiendo, viendo tele y caminando. Desde hace 40 años, vive en el Paseo Marítimo coruñés, al lado de la “Casa del Hombre”, con su esposa Mary Carmen y con su suegra, que hace unos días cumplió nada menos que 98 años de edad, bastante bien de salud.
Toda la vida le gustó caminar, y se desplaza andando hasta el ascensor del Monte de San Pedro, o va hacia la Torre, el Club del Mar, La Marina, y regresa por San Andrés. Por las mañanas hace unos 9 kilómetros, y a la tarde camina por casa dos o tres kilómetros más. En La Coruña no coge el coche para nada, aunque desde los 18 años ha realizado más de un millón de kilómetros en automóvil….
Cocina lo más elemental: huevos fritos, patatas, un bistec…. o abre una lata de conservas. Pero no le preocupa, ya que su esposa, aunque tiene una limitación visual, es buena cocinera. Durante el confinamiento, que se le hizo a veces bastante largo y pesado, mantuvo contacto con sus hijos: Mary Carmen y Juan, y con sus cuatro nietos.
Antes de despedirnos, me dijo “A ver cuando hacemos una nueva reunión de la Primera Corporación Democrática. Con la muerte de Joaquín López Méndez y las Elecciones Municipales, se suspendió la que teníamos proyectada. Y ya quedamos 4 y el del bombo….”. Pues manos a la obra, Antonio. Cuenta, desde ya, conmigo.
Y finalizo por hoy. Prometo seguir dándoles más “Partes de Guerra”. Mientras el cuerpo aguante…. ¡¡¡Saludos y salud!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)