Un día más, les acompaño en su obligado encierro mayoritario con la publicación de mi “Parte de Guerra” diario, sobre la situación en que se encuentran mis queridos amigos y lectores integrados en el denominado “Grupo de Riesgo”, por culpa del maldito Coronavirus, y les ofrezco más noticias de sus efectos en nuestro entorno.
Pese a que, por fortuna, son más las buenas noticias que las malas, tengo que lamentar el fallecimiento de Pucho Alvedro, ex jugador de fútbol. José Alvedro Roade, que así se llamaba el difunto, que tuvo una chatarrería en el Polígono de Pocomaco, en La Coruña, murió en una Residencia de Ancianos de La Coruña. Tenía 87 años de edad y, según mi amigo Ramón Mella, tenía ya una enfermedad grave. DEP
Sigo recibiendo felicitaciones de mis amables y fieles lectores (h-m). José Antonio Borrallo, pintor y escritor residente en Santa Gema (La Coruña), me anima a seguir publicando “Partes de Guerra”. La coruñesa Carmen Sánchez, Psicóloga en la Xunta de Galicia, opina: “Tus partes de guerra me parecen una forma original de poner al día a tus amig@s lector@s del estado de salud y evolución de algunas personas de interés general y otr@s que pertenecen a tu círculo social. Me alegro de que gusten”. Y la excelente pintora Novais, vecina de Oleiros (La Coruña), me remitió este Whatsapp: “Ya leí tus crónicas (Parte de Guerra). Están muy bien”. Gracias, muchas gracias.
Todos los días, después de comer, mientras camino por mi terraza o por el interior de casa (si hace mal tiempo), aprovecho para escuchar la radio (la tele no la enciendo, salvo algo realmente excepcional) y mantenerme informado. Hace unos días, escuché a Santiago Segura, el extraordinario y laureado Director de grandes y muy taquilleras películas, como la serie de “Torrente”, que creo que llegó ya hasta la quinta.
Segura elogió al coruñés “Cañita Brava”, que intervino en varias de sus filmes, y dijo que le costó mucho quitarle la costumbre de mirar continuamente a la cámara. Yo conozco a “Cañita” desde los viajes marítimos de mi juventud. Bueno lo de “viajes marítimos” es un eufemismo, ya que a veces (para no pagar) yo remaba en una gran lancha de “Los Rubios” que hacía la travesía entre As Xubias y la Playa de Santa Cristina. Con frecuencia, “Cañita” amenizaba el viaje tocando dos tiras de madera, que colocaba entre los dedos, a modo de castañuelas, cantando “de aquella manera” tan peculiar para que le diesen algún “patacón” (diez céntimos de peseta).
Pasarían los años hasta que, después de vivir en Madrid y en Santiago, pasé a ocupar la Dirección del Banco de La Coruña en Cuatro Caminos, época en la que “Cañita” realizaba diversos pequeños trabajos en el Muelle Pesquero coruñés. Dejé de verle, cuando pasé a ocupar la Dirección de la que fue Oficina Principal del Banco de Bilbao en la coruñesa esquina Rúa Nueva-Calle Real.
Años más tarde, durante mi etapa como Director del periódico “El Faro Coruñés”, en compañía de Jorge, ex portero del Real Club Deportivo de La Coruña, volvimos a encontrarnos en el “Bar de Pepa”, que estaba por la parte de atrás de la Iglesia de San Pedro de Mezonzo, y le ayudé económicamente siempre que lo precisó. Luego, cuando “Cañita” era ya popular y famoso, lo vi en “Casa Saqués”, en la Avenida de Oza, donde su propietario, Tonecho Saqués, nos hizo la primera de las fotos de esta información. Y recuerdo que, en nuestro último encuentro, me pidió 50 euros “que le faltaban” para poder desplazarse a un programa en la “Euskal Televista”. Tal cual.
Y sigo con mi “Parte de Guerra” diario, para decirles que hace un par de días tuve el placer hablar por teléfono con mi entrañable amiga Rosa-Celia Otero Raña (foto 2), querida ahijada en el Club de Leones La Coruña-Marineda. Farmacéutica de carrera, fue Presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de La Coruña. Es Presidenta de la Asociación Provincial de Amas de Casa y Usuarios de La Coruña y de la Asociación Antidroga Antonio Noche, y dirigente del mencionado Club de Leones La Coruña-Marineda, al que pertenece desde el 1 de julio del 2006.
Próxima a cumplir 80 años de edad, Rosa nació en Santiago (La Coruña) el 20 de octubre de 1940, y reside en La Coruña la mayor parte de su vida. Me dijo que el confinamiento forzoso, para la gente en general es un desastre, aunque responden muy bien a las instrucciones del Gobierno. Ella lleva el encierro, como buenamente puede.
Como quedó viuda hace poco tiempo, vive completamente sola, aunque sus hijos van a verla de vez en cuando. Se vale muy bien por sí misma, y cocina y plancha para todos. Desde que se jubiló va mucho menos a la Farmacia, pero ayuda lo que puede cuando hace falta. Lee, escribe, ve algo la televisión, y pasea algo por la casa. Y como tiene tres perritos en Guísamo, cada tres días va a darles de comer.
Mujer muy dinámica y activa, lo que peor lleva es que todos los días son prácticamente iguales. Menos mal que la buena salud le acompaña, y le permite seguir atendiendo su trabajo en Amas de Casa y en Antonio Noche, sobre todo en lo se refiere al reparto de alimentos a los más necesitados. Todo un gran ejemplo, querida Rosa.
También he hablado con Carlos Barcón Collazo (foto 3), que vive en Ferrol (La Coruña). Pintor y colaborador de diversos medios informativos, trabajó en la Armada Española hasta su jubilación. Miembro de la Academia Gallega de Bellas Artes y Crítico de Arte, es Asesor Cultural y de Relaciones Exteriores del Puerto de Ferrol, así como promotor y fundador de la Sociedad Artística Ferrolana (SAF), entidad de la que tengo a gala ser “Socio de Honor”.
Barcón me dijo que lleva muy bien la cuarentena, y que le vino estupendamente tener que quedarse a la fuerza en casa, porque está empezando a escribir un nuevo libro sobre pintores ferrolano. En 1987 había hecho uno, con textos de Neira Vilas, que está totalmente agotado. Como en ese libro quedaron fuera algunos artistas, y desde entonces surgieron otros nuevos, ahora se cubrirán esas omisiones.
Barcón enviudó hace unos años, y lleva perfectamente su casa. Recuerda que tuvo que aprender a cocinar (por Internet), ya que tuvo 5 hermanas que no le dejaban meterse en los fogones. No se le da mal, y la prueba, dice, es que “sigo vivo”. Camina por la casa, sobre todo haciendo la limpieza y ordenándola, aunque no es muy grande. Aunque tiene un buen grupo de amigas, no se plantea nada serio con ninguna….
Echa en falta no poder pintar, ya que el estudio lo tiene en la céntrica calle Dolores (cerca de una pastelería en la que yo comía unos pasteles riquísimos cuando iba de inspección a la Sucursal del Banco de La Coruña), pero prefiere no exponerse a que le vean. Tiene un hijo y un nieto, que lo llaman por teléfono todos los días y alguna vez van a verle para algo urgente o puntual.
No tiene perro ni gato, y tampoco quiere tenerlos, ni siquiera para poder romper justificadamente la cuarentena. Además de escribir, lee mucho, y me dice que le encanta leer mis crónicas diarias porque, en su opinión, son muy amenas. Pues si un experto en el tema como Barcón lo dice…… a mí solamente me resta darle las gracias.
Y remato por hoy. Prometo seguir dándoles más “Partes de Guerra”. Mientras el cuerpo aguante…. ¡¡¡Saludos y salud!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)