Hacía mucho tiempo que no tenía noticias personales y directas de mi buena amiga Teresa Arán Trillo, encantadora persona nacida en Compostela (La Coruña) pero radicada desde hace muchos años en la “Muy Noble y Muy Leal ciudad de La Coruña”. Cuando yo residía en la Plaza de Pontevedra, en pleno corazón de la urbe herculina (hace más de cinco años que me trasladé a la Playa de Santa Cristina), nos encontrábamos con relativa frecuencia, ya que ella vivía (y aún sigue haciéndolo) en la vecina Avenida de Finisterre. Teresa Arán, funcionaria retirada, es una excelente escritora, pero sobre todo poetisa, y tiene en su haber varios premios por sus estupendas creaciones poéticas- Hace unos días, al regreso de mi largo viaje por Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica, me encontré con la grata sorpresa de que entre la numerosa correspondencia que atestaba materialmente mi buzón había una carta manuscrita de Teresa, quien por cierto continúa conservando una letra preciosa y de firme trazo. Su misiva, que comienza así: “¡Hola Roberto!. Te debo dos felicitaciones, la de tu cumpleaños y otra del merecidísimo premio “León de Oro”. Afortunadamente, las dos conmemoraciones las mereces, por tu bondad y tus múltiples méritos, acumulados hasta la enésima potencia durante tantos años de labor social, en tantos órdenes y por esa alegría que le echas a la vida y nos contagias generosamente”, venía con nada menos que cinco bellas poesías recientes: “Arde Galicia”, “Bendita lluvia”, “Octubre veranea” “Me paro, una vez más” y “La balada de las sirenas”. Son tan bellas las cinco (enriquecidas al estar manuscritas, y con pluma estilográfica) que si tuviese que decidirme por una no sabría con cual quedarme. Muchas gracias, Teresa, y haz caso a quienes te recomendamos seguir concursando. (Foto: Lajos Spiegel)