Las penosas condiciones sociales, económicas, laborales y políticas por las que atraviesa Venezuela desde hace años ha provocado que cada vez sean más las personas que dejan el bello país caribeño en busca de mejores horizontes. En los últimos años les conté los casos de una profesora, un juez, una periodista y una escritora que llegaron a España escapando de la inseguridad, incluso personal, que les proporcionaba la otrora rica nación “del Arauca vibrador”.
Un viernes, día en el que cumplo con mi tradición de comer los espaguetis boloñesa en “El Rincón de Ger”, sito en la coruñesa y turística Playa de Santa Cristina, me atendió una excelente y bella camarera, llamada Mónica Zsarolyani Canelón, a quien vemos en la primera fotografía en compañía de su adorada abuela Ana y de su tío Luis-María, en su Venezuela natal.
Hija de padre húngaro y madre venezolana, nació en Venezuela, país en el que se licenció en Periodismo y Derecho y donde desempeñó importantes cometidos en diversos medios informativos, organizaciones y eventos de trascendencia internacional, destacando también como “Activista anti pederastas”.
Mónica aguantó en Venezuela hasta que la situación se puso prácticamente insostenible, y decidió trasladarse a España en busca de mejores perspectivas laborales, personales y políticas. Pero la mala situación económica y laboral, creada por el maldito Coronavirus, no permite que Mónica pueda cumplir con sus aspiraciones profesionales. Y como de algo tiene que vivir, se ve obligada a trabajar como camarera, tarea que por cierto desempeña con suma profesionalidad y eficacia.
Tras recorrer varios lugares de España, Mónica reside actualmente en O Burgo-Culleredo (La Coruña) y entre la abundante documentación de su importante currículo profesional hay un relato que escribió en Galicia, titulado “Una diosa ébano. Cuando el Caribe llama a Europa”, que les ofrezco a continuación:
“Y allí estábamos una noche cualquiera, en una parada de bus cualquiera, tres venezolanas riendo a más no poder; el estar vivas era la razón. Una parada desierta, un bus que no llega y un carro que se detiene, baja un hombre, dientes como William Dafoe, ropa ceñida, colores Calvin Klein: pantalón caki, camisa blanca, jersey azul. Se detiene y extrañamente baja a hablar por el celular, el móvil como dicen en España era una burda excusa.
“Nosotras atentas al filme super 8 frente a nuestras pupilas comenzamos a reírnos y a mirarnos preguntándonos y este Dafoe, versión Madre Patria ¿qué querrá? Cómo si no supiéramos la respuesta, ella es una diosa ébano, potente, desenfadada, única, una sola ondulación de sus caderas hace que Europa quiera sumergirse en el Caribe.
“No pudo hablar, teléfono en mano, carro con intermitentes y outfit impecable preguntó ¿Cuándo pasa el bus? Miradas incrédulas y una sola carcajada: y ¿para qué quieres saberlo?, ¡venga os llevo!; y nosotras por el puro placer jugamos cuales felinas con un ratoncito indefenso; demasiado Caribe de por medio.
“Datos, conversaciones y al final unos ojos suplicantes hacia ella, mi amiga, la diosa; ella capaz de voltear miradas y dejarlos suspirando; ese prototipo latino nos persigue… ¿de dónde sois? Venezuela; joder habéis venido a la tierra justa, Galicia.
“Nunca supimos de dónde sacó el valor, pero le apostó a la vida y decidió frenar en seco para conocer a su sirena, a su hada, a esa diosa ébano que le inundó las pupilas; esa es la vida apostar, atreverse, arriesgar y ese desconocido que dijo llamarse Manuel apostó esta noche por ello”. ¿Y cómo le fue, querida Mónica?.
El destacado cineasta coruñés Ignacio Benedeti, uno de los “fijos” en las celebraciones de mi cumpleaños (14-7 y 30-12) escribió: “Con el amigo de la infancia Luis Gorrochategui en el cumpleaños del periodista todoterreno Roberto L. Moskowich-Spiegel, la semana pasada en Perillo (Oleiros). La favorecedora fotografía aparece en la entrada de hoy de la muy apreciada bitácora de Moskowich, que nunca defrauda”.
Quique Sanz, capitán del velero “Graff Hermes”, en el que hice muy buenos recorridos por la preciosa Ría de Ares, me remitió la segunda foto que orla esta información, con el siguiente texto: “Foto de Familia de los galardonados en la Regata Cabos do Norte, O Bo Camiño 2020!!. Próximamente colgaremos las fotos participantes en el concurso fotográfico. Muchas gracias a todos por vuestra participación y simpatía!!!. #Sada”. Les diré que esta popular regata, según me contó el propio Quique Sanz, incluye una dura etapa entre las Islas Sisargas y Laxe, y tiene un recorrido total de 84 millas, ida y vuelta.
Desde su querido Ferrol natal, nuevo comentario, acompañado de una bella fotografía, de la excelente pintora Manuela Castro: “Bonita frase y bonitas flores. Yo siempre pinto margaritas y espigas de trigo. Jajaja. Este año también se celebra en Canido el día de las Meninas. Ya hablaremos. Hoy recibí esta foto de un amigo, un recuerdo del año pasado pintando”.
Finalizo por hoy, con la promesa de seguir publicando más crónicas de esta “Nueva Normalidad”. ¡¡¡Mientras el cuerpo aguante!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)