Desde la llegada de Nava Castro (con quien aparezco en la fotografía, en el albergue del Monasterio de Moraime) soplan nuevos vientos en la Dirección Xeral de Turismo de la Xunta de Galicia. La hija de mi desaparecido y buen amigo Pepe Castro, que fue alcalde “eterno” en Ponteareas (Pontevedra), trabaja duro para dinamizar un sector al alza y muy importante para nuestra región. Todo apunta a que cuando finalice el periodo estival las cifras pueden ser espectaculares. Según Nava, los turistas que visitan Galicia realizan un gasto superior a la media nacional, ya que no se trata de un turismo masificado sino de un turismo especializado en gastronomía, cultura o naturaleza. Hace una par de semanas, Nava Castro estuvo en Ribadiso-Arzúa (La Coruña) comprobando la nueva señalización táctil para persona con discapacidad visual que instalaron en el albergue de peregrinos de dicho lugar. Esa instalación forma parte de los trabajos enmarcados dentro del nuevo Plan de Accesibilidad Turística, que desde su departamento están realizando en toda la red pública de los albergues gestionados por el “Xacobeo”. Consciente del gran impacto turístico del Camino de Santiago, quiere convertir Galicia en un referente internacional del turismo inclusivo. Es por ello que se han colocado nada menos que 1.600 atriles y placas con idioma braille, pictogramas y altorrelieves, tanto en el exterior como en el interior de los mencionados albergues. Habitaciones, comedores, duchas, cocina, salas de uso común, etc., disponen de placas de contraste cromático, en mate, para evitar brillos o destellos, y con una tipografía fácilmente legible. Los atriles, de cantos redondeados, están fabricados con materiales resistentes al envejecimiento y, además, a una altura que pueden acceder personas en silla de ruedas. Una magnífica iniciativa, sin duda alguna. (Foto: Lajos Spiegel)