Siempre que se inicia un nuevo año son auténtica e interminable legión la serie de predicciones y vaticinios, de todo tipo, en torno al mismo. Recuerdo que, durante los 25 años en que presidí y organicé los Congresos de Magia y Brujería de Galicia, que tenían lugar precisamente durante el mes de diciembre en La Coruña, se producía un auténtico aluvión de vaticinios de muy diverso pelaje. La ventaja de que gozaban, y gozan, esos videntes o presagiadores de turno es que la mayoría de la gente no se molesta en comprobar sus aciertos o errores, cuando finaliza ese año que habían vaticinado a bombo y platillo. Pero también hay otras circunstancias históricas, que si son reales son inamovibles, en relación con el nuevo año, como me recuerda, desde Ourense, mi buen amigo y habitual lector Amador Rego Amor-Villar:
“Hablas de tu fedello, y yo te comento para que sepas que el año 2020 es exactamente igual que el año 1936. Es año bisiesto, y la Pascua es el domingo 12 de abril. Ese domingo se cumplen 89 años de las elecciones que trajeron fraudulentamente la segunda República. Ese mismo día, pero en 1936, domingo de Pascua, estaban previstas unas elecciones municipales que Azaña suprime, pero a nadie le oí nunca comentar este hecho, que de haberlas pudo cambiar la historia con un resultado electoral a lo mejor con mayoría de derechas y a lo mejor no habría habido guerra. Pero con la incertidumbre política que estamos viviendo, encima el año que viene es igual que el de 1936, lo que pasa es que este dato nadie se fija en el, creo que solo yo. Disculpa y rediscúlpame esta falta de modestia. Un abrazo. Amador”. Yo, como dijo el militar y condestable francés Beltrán Duglesquin, “Ni quito ni pongo Rey….”, pero sí que les deseo a mis amables lectores y amigos todo lo mejor en este año 2020 (“vente, vente”) que acabamos de estrenar. Tal cual, se lo cuento. (Foto: Lajos Spiegel)