Victoria Falls (Zimbabwe), 24 de octubre del 2016
Hoy he pasado todo el día en la zona de Victoria Falls, realizando una muy detallada y completa visita a las Cataratas Victoria, que hacía más de 30 años que deseaba poder contemplar, desde que mis tíos Chata y Tonio anduvieron por estos lejanos territorios. Para evitar en lo posible el efecto del fuerte sol, que elevó la temperatura a 41 grados, me levanté a las 6 de la mañana y una hora más tarde salí del hotel con mi guía zimbabués Charles Marizani (Carlos). Para evitar la marea humana de turistas, hicimos el recorrido al revés. Atravesando el Rain Forest, en el que hay muchos monos babuinos ladrones y agresivos, pero sin que me molestarse ni un solo mosquito, mientras nos sobrevolaban varios helicópteros llenos de turistas, caminamos por un cómodo sendero de piedra casi kilómetro y medio hasta el Puente de Hierro, construido entre 1903 y 1905, que en su momento era el más alto del mundo y por el que pasan trenes y coches. Tiene 118 metros de largo y 128 de alto y allí hacen «puenting » bajando nada menos que 111 metros….Como las Cataratas llevan poca agua las pude contemplar y fotografiar mejor, ya que no se forman las nubes de vapor que alcanzan los 300 m de altura. Girando a la izquierda llegué al Salto del Arco Iris, de 111 m de alto, fenómeno meteorológico que tuve ocasión de fotografíar. Siguieron Horse Shoe Falls, de 95 m de altura, el Punto 11, la Isla de Livingstone, Punto 10, Punto 9, la impresionante Main Falls (Catarata Principal),
de 93 m (en la fotografía), llamada así porque siempre lleva gran cantidad de agua, Island View, los Puntos 6, 5 y 4; Delvis Catarat, de 73 metros; 38 Steps, y la Catarata del Diablo que es el Punto 1 e inicio del gran barranco contra el que se estrella violentamente el caudaloso Río Zambeze, de 2.700 kilómetros de largo. Las Cataratas Victoria se encuentran justo en la mitad de su larguísimo recorrido. Por cierto que hay una gran piscina natural solamente a 80 centímetros del borde de las Cataratas,,en las que está permitido el baño en esta época y cuando no hay mucha agua. Y con la foto ante la gran estatua de bronce de Livingstone (1813-1873), descubridor de esta maravilla natural, que es Patrimonio de la Humanidad, puse auténtico broche de oro a esta fantástica visita demorada más de tres décadas. Y completé así la gran trilogía que las Cataratas Victoria forman con las de Iguazú, entre Brasil y Argentina, y las del Níagara, que separan Canadá de Estados Unidos. ¡Una cosa menos que me queda por ver, y que les recomiendo si su economía se lo permite!. Salud física y paz mental para todos. (Foto: Lajos Spiegel)