A lo largo de mis treinta años en “La Voz de Galicia”, uno de los deportes a los que presté especial atención fue al Judo, lo que me permitió forjar excelentes y duraderas amistades con federativos, dirigentes de gimnasios y deportistas que practicaban esta especialidad deportiva. Incluso, en el año 1970, me desplacé como Enviado Especial al “Campeonato del Mundo de Judo Juvenil”, que se disputó en Río de Janeiro (Brasil).
A vuela pluma, recuerdo a Oscar Cacheiro, Romay, Rabuñal, Garrapucho…. y años más tarde el “Trofeo Miguelito”, que ha llevado (y lleva) a miles de jóvenes judocas a las instalaciones del Palacio de Deportes y del Coliseo de La Coruña. Ha pasado casi medio siglo desde entonces, largo periodo de tiempo en el que el Judo ha evolucionado considerablemente, y su práctica aumentó de forma realmente exponencial. El gran incremento de las instalaciones deportivas públicas ha propiciado, sin duda alguna, tan positiva evolución, ya que es raro el Ayuntamiento que no cuenta con algún Club, público o privado, en el que el Judo no sea su principal seña de identidad. Tal es el caso de Oleiros (La Coruña), el municipio en el que yo resido, que cuenta con el soberbio Judo Club Oleiros. A base de tesón, y de una dedicación ejemplar, tanto por parte de los deportistas como de sus entrenadores y dirigentes, el Judo Club Oleiros ha conseguido situarse por derecho propio en la élite del judo gallego y nacional, e incluso logró aportar nada menos que a cuatro deportistas a la Copa de3 Europa. Su éxito más reciente lo consiguieron en el Campeonato de Galicia, celebrado recientemente en Vilalba (Lugo). Habían clasificado a 11 judocas: 8 cadetes y 3 infantiles, y 11 fueron las preseas logradas: 4 medallas de oro, 2 de plata y 5 de bronce.
Felicitaciones, mis querid@s vecin@s, y que se repitan lo éxitos. (Foto: Lajos Spiegel)