El otoño nos envuelve con su magia, sus aromas y colores. Es tiempo de reflexión de salmodias…
Sus rojos, amarillos, violetas, ocres… lo invaden todo, el rumor de las hojas caídas crean sonidos propios del ensoñamiento. la luz tamizada el olor a tierra mojada crea un ambiento propicio a la creación literaria y porque no a la Artística.
Fruto de todo ello es la exposición que Pilar Pastoriza presenta en la Asociación de Artistas.
El ambiente propicio, (tarde lluviosa) para le ensoñación, estamos en Otoño su aroma y su color lo impregnan todo, no es ajena a ello la pintora. que da rienda suelte a su saber hacer-y lo hace bien- no hay más que ver el colorido de su obra, hojas secas de mil colores, flores en tonos muy trabajados dejan ver, horas y horas de silencios en la soledad del taller.
Lectura tras lectura sobre un lienzo en blanco: obra conseguida trazo a trazo, maestría en el manejo de la materia, trazo del pincel, suavidad y textura conseguida en horas de total empatía entre la pintora y su obra.
Buscadora de realidades, de fuerza expresiva, que llegan a intuir un realismo como decimos, por el manejo del pincel y del sentido de la pigmentación, con la expresión de un dibujo que no deja dudas, puesto que armoniza los conceptos de una manera sencilla y clara para el espectador, pero difícil y complicada en el sentido dogmático.
En toda la muestra, parte de la atmósfera envolvente, y, la pureza del color, son unos cuadros tejidos con instinto propio que, provienen del don con que está dotada.
Nos encontramos con un trabajo con claro sentido del lirismo, apacible y sereno, reflejo de su propia personalidad, con lo que llegamos a una formidable conclusión, de estar delante de una pintura de auténtica profundidad, que sabe expresar con una belleza desbordante de intimidad, que no deja a nadie indiferente. Hacemos nuestro el dicho ”no es todo Arte lo que se pinta sino cómo se pinta”. Quizás sea esta la carta de presentación de Pilar .