Hace ya varios años que tengo el honor de conocer y tratar personalmente a Luis Alfonso de Borbón, destacado personaje de la alta sociedad internacional a quien los entendidos en cuestiones de las Realezas Europeas le reconocen derechos nada menos que al trono de Francia. Nuestro primer encuentro personal tuvo lugar en el verano del año 2007, concretamente el 25 de agosto, en la “Cafetería Marty”, sita en la coruñesa Playa de Santa Cristina, muy cerca por cierto de mi domicilio. Recuerdo que en esa oportunidad estaba acompañado por su bella y simpática esposa, Margarita Vargas, y que nos presentó nuestro común amigo Luis-Fernando Quiroga y Piñeyro, que es pariente político suyo. El joven y distinguido matrimonio estuvo la pasada semana en La Coruña, con sus hijos y con la madre de Margarita, Carmen-Leonor Santaella, ya que Margarita fue una de las amazonas que intervino, de forma destacada, en el Concurso de Saltos Internacional (CSI) de La Coruña, celebrado en las instalaciones que Amancio Ortega tiene en Casas Novas-Arteixo. Y así fue como el sábado pasado volví a coincidir con Luis Alfonso de Borbón y Fana Quiroga (con los que aparezco en la fotografía que ilustra esta información), con quienes presencié en “La Forja” (Santa Cristina) el partido televisado que jugaron en el madrileño Estadio Santiago Bernabéu el Real Madrid y el Real Club Deportivo de La Coruña y que terminarían perdiendo injustamente y sobre la bocina los coruñeses (3-2). Luis Alfonso, que es un acérrimo seguidor del Madrid, demostró amplios conocimientos del balompié; pero, lo que es más importante, su “savoir faire” a la hora de enjuiciar el desarrollo de la contienda y los lances más polémicos y determinantes. ¡Chapó, mi querido amigo!. (Foto: Lajos Spiegel)
