Hace unos días, mi hija Isabel me remitió la fotografía que ilustra este artículo, en la que se ve como los “plumachos de la Pampa” se han instalado ya en las rocas de la Playa de San Roque, en la ciudad de La Coruña. Bajo los nombres de Plumbo, Carrizo de las Pampa, Hierba de la Pampa, Hierbas de la Pampa, Cortaderia selloana, Ginerio y Ginnerio, se conoce a los “plumachos”, que según la Consellería de Medio Ambiente están considerados como una de las 20 especies exóticas invasoras presentes en España, causando graves daños en la agricultura y en el sector forestal. Su origen en Galicia se sitúa en la construcción de la Autopista A-9. Audasa la plantó en medianas y laterales, como elementos ornamentales, llevándola de Norte a Sur de la región. Cuando ordenaron retirarla era tarde, pues ya se había expandido de forma incontrolada. Es una panta invasora que arrasa con la flora autóctona. Los “plumachos” se expanden con suma facilidad, llevados por el viento, y también con los movimientos de tierras, especialmente los escombros. Fincas, solares abandonados y montes sin desbrozar están invadidos por esta “peste floral” que se multiplica de forma excepcional. Esta hierba, que ningún animal come por su elevado contenido en sílice, se ha convertido en uno de los mayores problemas medioambientales, ya que amenaza con variar nuestros ecosistemas al desplazar y eliminar las especies autóctonas. Lo peor es que las primeras plantas que desaparecen son la que tiene flor, lo que significa una reducción drástica del número de abejas, con los consiguientes perjuicios para los apicultores. Y, además, los “plumachos” propagan las llamas de los incendios con suma facilidad. En el 2002 la Xunta autorizó su quema controlada, pero ni eso ni los herbicidas dan resultado. Según los expertos, solamente se consigue eliminarla arrancándola de cuajo. ¡¡¡Guerra sin cuartel a los malditos “plumachos”!!!. (Foto: Isabel-Sofía Moskowich)