By Jesús García Poncet
Corren tiempos complicados para el fútbol gallego, la gota que ha colmado el vaso es el descenso del Deportivo de La Coruña después de veinte años compitiendo con los mejores clubes de España y de Europa. Hasta hace poco el club herculino paseaba la bandera gallega por San Siro, el Parque de los Príncipes, el Bayern Arena, el Emirates, Old Trafford, el Dragao ó el Comunale de Turín, y no solo eso, encima ganaba en esos templos del fútbol europeo y se alzaba como Campeón de Liga en la temporada 1999/2000 por delante del Real Madrid y del FC Barcelona.
Y que decir del Celta de Vigo, el otro grande del fútbol gallego. Sumido desde hace cuatro años en el pozo de la Segundadivisión, después de salvarse por muy poco de un descenso al pozo de la Segunda B y acogerse a una ley concursal para poder seguir vivo y no desaparecer.
Precisamente eso, desaparecer, es lo que le pasó ala SD Composteladespués de vivir los mejores años de su historia y en los que hasta llegó a ser líder dela Primera Divisióndurante algunas jornadas. Después del éxito, caída en picado y desaparición. Después, un tímido intento del Ciudad de Santiago acabó de una forma parecida y muy triste. En la actualidad, Santiago está volcada con el Obradoiro de Baloncesto y el Lobelle de Fútbol Sala. El fútbol de élite está muerto en Santiago y no parece que vaya a dar señales de vida en los próximos años.
El otro drama de este año ha sido el descenso del Pontevedra a Tercera. Un equipo que en los últimos años era uno de los “cocos” de la Segunda B. En esa categoría se va a encontrar con dos históricos de nuestro fútbol como el Racing de Ferrol y el Ourense, incompresiblemente también en Tercera División. Estos tres clubes ven como equipos con menos historia pero con mucho trabajo les han robado su sitio en la Segunda B, como el Montañeros y el Coruxo donde el trabajo serio ha dado los frutos deseados y viven sus mejores años.
Quizás el caso más amable, es el del CD Lugo, hasta el final rozó el ascenso a Segunda División pero no pudo ser y, tanto el Murcia como el Alcoyano lo apartaron de un ascenso más que merecido. El equipo de Quique Setién practicó un fútbol de calidad que mereció mejor suerte y no tuvo su recompensa. El fútbol de ataque y toque del Lugo llegó al punto de que Quique Setién sonó con fuerza para sustituir a Lotina al frente del banquillo del Deportivo aunque finalmente Oltra fue el elegido.
Dentro de poco más de un mes comenzará otro curso futbolístico y los aficionados de nuestros clubes más representativos esperan que esta situación cambie, el fútbol gallego a nivel de las siete grandes ciudades se hunde y cada año un poco más.
Eso si, como todos los veranos, los nuevos proyectos ilusionan a unas aficiones necesitadas de alegrías y que esperan que deje de llover y salga el sol, futbolísticamente hablando.