El último partido diputado por el Deportivo en Riazor ante el Granada dejó un buen sabor de boca en la parroquia blanquiazul. Los temores tras los malos partidos ante el Zaragoza en Copa del Rey, Alcorcón en liga y la victoria en el último momento ante el Sporting de Gijón en el campo coruñés traían a la mente los malos recuerdos de la temporada pasada. Curiosamente hemos pasado del desencanto al encanto con una facilidad tremenda, ahora ya somos los mejores y los favoritos para el ascenso. Creer en nuestras posibilidades es fundamental para conseguir el objetivo, es más yo diría que es la verdadera consigna que debe tener la afición deportivista. Por otro lado, espero que los profesionales de la primera plantilla sepan hacer lectura pausada del mucho trabajo que les queda por hacer. La segunda es complicada, larga y dura, pero ¡ojo! no es la máxima categoría del futbol nacional como tratan de hacernos creer algunos.
El partido disputado el pasado lunes ante el equipo branquivermello ha dejado en la familia deportivista detalles de calidad donde la mayoría destaca el gesto de buen delantero que tuvo Quique en su segundo gol. Los futboleros sabemos la importancia que supone para un equipo la figura de un goleador, y visto lo visto, parece que a La Coruña ha llegado uno. El portero Dani Giménez muestra veteranía y confianza, algo que nos faltó en la última temporada, quizás en ocasiones nos sorprende con acciones poco habituales, pero yo pienso que es debido a la confianza que tiene en si mismo. La defensa parece que sigue en buena línea, y me quedo tranquilo al ver que el lateral izquierdo Saúl ha salvado su debut con un notable alto. El centro del campo es la línea que más me preocupa, pues noto falta de fuerza y talento, cualidades que ahora mismo son suplidas con experiencia y ganas. Y la delantera con el ya mencionado Quique en plena forma y un Carlos Fernández que promete ser la revelación de la temporada nos hacen creer en un proyecto al cual se suma un buen fondo de armario a modo de banquillo de suplentes de lujo.
A lo largo de los últimos días, hemos podido sentir como los medios, afición y peñas mostraban una buena sintonía y armonía en lo que es la búsqueda de un dulce momento que nos ayude a encauzar una temporada clave para la viabilidad del Real Club Deportivo de La Coruña. El binomio Carmelo del Pozo y Natxo González parece que quiere ganarse la confianza de una afición que lleva sufriendo mucho tiempo.
Ya que he nombrado a las peñas, hoy quiero hacer mención del bonito momento vivido hace uno días en la emblemática “Peña Deportivista Fuente de Cuatro Caminos” que preside Arturo López. Y donde se celebró el día de San Arturo, en honor al día de su onomástica. El querido presidente de la peña rodeado de un grupo de amigos, donde el denominador común era el ADN blanquiazul, lo pasaron en grande y profesaron amor eterno a los colores blanquiazules. Manuel Ríos Quintanilla en representación de los veteranos del Real Club Deportivo de La Coruña le dedicaba al bueno de Arturo unas cariñosas palabras a la vez que entregaba una camiseta del Depor en nombre de los que fueron futbolistas del equipo blanquiazul. Las palabras que Manolete dedicó a Arturo despertaron y potenciaron la sensibilidad de los allí presentes. Otra de las leyendas el deportivismo Dagobeto Moll no quiso perderse una celebración en la que también participó el socio número dos de Real Club Deportivo de La Coruña Fefé del Rio, el cual mostró el cariño que tiene por el que desde niño fue su compañero. Los fabrilistas de otras épocas estuvieron representados por Manolo Granda que ejerce de maestro de ceremonias cada verano organizando en su casa de Cambre una xuntaza donde las historias del Fabril son las protagonistas. Un nutrido grupo de peñistas y amigos donde también vimos entre muchos otros a Mario Bejar, padre de un buen amigo, quisieron rendir honor al hombre que siempre hace homenajes a los demás. ¡Felicidades Arturo, Forza Depor!