Anteayer asistí a la inauguración de la magnífica cervecería “Brigantium”, sucesora de la mítica “Casa Barral”, en la coruñesa Playa de Santa Cristina. Pese a no hacer publicidad del acto, y de la amplitud del moderno y atractivo local, que cuenta incluso con un precioso patio con pozo de agua potable, se registró un abarrote total. Al frente de este moderno negocio se encuentra Bautista Barral Cardelle (con quien aparezco ante una vieja foto de “Casa Barral” que adorna el nuevo local), de 34 años de edad, sobrino de mi gran amigo Bautista Barral Pedreira (ambos formamos parte del grupo fundador del Club de Regatas Perillo) fallecido 2 días antes de nacer “Bautista Barral IV”. El primer Bautista Barral procedía de Vilaboa. El segundo, Bautista Barral Otero, abuelo del actual y con quien tuve amistad, fundó “Casa Barral” en 1945, aunque antes ya funcionaba un pequeño Kiosko (El Madrileño) de su bisabuelo, Jesús Pedreira Fernández. Al jubilarse su abuelo, se lo alquiló a la ahijada de su esposa, Pucha Cruz, que le puso de nombre “La Estancia”. A finales de los 80 volvió a ser “Casa Barral”, al hacerse cargo del negocio Carlos Barral y Carmen Cardelle, padres del joven Bautista. En 1992 lo alquilaron con el mismo nombre, y en 1997 Cholo Vieites lo bautizó como “Mesón das Olas”, con el que funcionó hasta su cierre en el 2001. Tuvieron que transcurrir 16 largos años hasta que Bautista Barral IV, con el arrojo y la decisión de un joven emprendedor, convirtiese el feo y ruinoso edificio en una auténtica belleza, exterior e interiormente. Fue una obra muy difícil, ya que incluso tuvo que rebajar el suelo para adaptarse a la altura requerida. El producto final es muy bueno: una cervecería moderna, con tapas y raciones a precios asequibles. En mi opinión, logró un perfecto maridaje de bebida, comida, estética, mobiliario y ambiente. ¡Mucha suerte!. (Foto: Lajos Spiegel)