El pasado día 5 de mayo cumplió 20 años la Asociación Cultural y Deportiva Faro de Monte Alto, emblemática entidad coruñesa que desde su fundación preside con sumo acierto y ejemplar dedicación Antonio Gómez Bellón (con quien aparezco en la fotografía que ilustra este artículo), quien fue Alférez de la Orden de Caballeros de María Pinta en los tiempos en que yo era Lugarteniente de esa institución. A lo largo de estas dos últimas décadas, Faro de Monte Alto ha desarrollado una labor ejemplar tanto en el mundo de la cultura como en la ayuda a los semejantes más necesitados. Son de destacar el Festival de Corales, que va ya por su décimo tercera edición; la recuperación del popular Magosto; la edición de una magnífica Revista anual; Concurso de Castillos en la Arena; reparto de juguetes; la confección de las soberbias alfombras florales de la Plaza de María Pita y Ciudad Vieja; la gran alfombra floral que hicieron al Papa, en Roma, en el año 2007; las entregas de alimentos y audífonos a gentes necesitadas del barrio, en colaboración con el Club de Leones La Coruña-Marineda; cursos de música y bailes tradicionales; etc. Y todo eso amenaza con irse al garete ante la total falta de ayuda, tanto por parte del Ayuntamiento de La Coruña como por parte de la Diputación Provincial. Las cuotas sociales no cubren los gastos de alquiler y mantenimiento del local social ni los dispendios mínimos originados por la organización de los eventos referidos, pese a la desinteresada ayuda de socios y colaboradores. En un guasapo reciente, Bellón me decía lo siguiente: “…están arruinando la cultura y la forma de ser de una ciudad puntera en actividades culturales, cuya iniciativa partía de la ciudadanía, como debe ser en una ciudad libre y democrática, valores que esta gente no entiende”. Lamentable, pero cierto. ¡País!. (Foto: Lajos Spiegel)