Artículo de Pablo García-Ramos publicado en DXT Campeón el jueves 23 de febrero de 2012
El pasado lunes nos dejaba José María Guimaraens, periodista deportivo de largo recorrido que deja un gran recuerdo entre quienes lo conocimos.
Se inició muy joven en los micrófonos de Radio Coruña para continuar posteriormente su labor en las páginas de deportes de La Voz de Galicia. Siempre en la esfera deportiva, firmó grandes crónicas de fútbol y golf pero poco a poco fue decantándose por el tenis hasta convertirse en un de los grandes especialistas de este deporte del panorama nacional.
Guima, nombre con el que firmaba algunas crónicas, siempre estará asociado al tenis. Precisamente los Guimaraens fueron de los pioneros en practicar este deporte en la ciudad y desde los años cincuenta hasta los ochenta, era habitual que algún miembro de la familia estuviera en lo más alto del ranking gallego.
Su pasión por el deporte se evidenciaba en cualquier escenario, bien fuera un torneo del Grand Slam, a los que acudía con frecuencia, o un campeonato regional infantil. Recuerdo en la final nacional del Trofeo Manuel Alonso (Campeonato de España Infantil) que se disputó en 1977 en las pistas del Seijal, cuando José María improvisaba una divertida entrevista tras la entrega de premios a un emocionadísimo Javier Martí, a la sazón campeón del torneo. También fue en el Club de Tenis donde ejerció de Jefe de Prensa de la eliminatoria de Copa Davis que enfrentó a España y la Suiza de un jovencísimo Fededer.
Su experiencia internacional lo llevó a cubrir para la agencia Colpisa las grandes citas del tenis mundial, desde Roland Garros a Wimblendon, además de los Juegos Olímpicos de Barcelona y Atlanta. Sólo le faltó para completar su particular Grand Slam conocer las pistas de Melburne donde se disputa el Open de Australia.
De cada viaje traía la maleta llena de vivencias y anécdotas que siempre estaba dispuesto a compartir. Contaba con orgullo que durante su último Roland Garros tuvo el privilegio de “encerrarse” en el hotel con Rafa Nadal con quien mantuvo una larguísima charla.
En verano era fácil verlo en la playa de Perbes jugando a las palas o luciendo una llamativa toalla del último Wimblendon o Roland Garros en el que había estado trabajando. Hay que señalar que para acreditarse en estas grandes eventos -donde hay multitud de solicitudes-, la organización es muy exigente con el historial y los méritos profesionales de los periodistas. En esas catedrales de tenis, José María siempre tenía un sitio reservado en la tribuna de prensa
Hasta hace bien poco se le podía ver por las pistas de la Real Sociedad Deportiva Hípica dando unos raquetazos con otros ilustres veteranos tenistas coruñeses. Se nos va un grande, un gran tipo que con el tenis como materia prima y desde una pequeña esquina de la península ibérica supo hacerse un hueco entre los periodistas deportivos más reconocidos del país.
Twitter: @pgarcia_ramos