Hace ya unas cuantas semanas que nos dejó el ex cancerbero del Deportivo José Luis Montes. Apenas tenía 57 años cuando una larga enfermedad se lo llevó para siempre. La noticia de su fallecimiento ha ocupado unas breves líneas en la prensa local y en la deportiva y poco más. El minuto de silencio que se guardó en su memoria el día del partido del Córdoba no hizo sino hacer justicia al reconocimiento a alguien que también, en su momento, formó parte de la centenaria historia del RC Deportivo.
Es muy posible que para los más jóvenes aficionados su nombre no les dijera nada. Es normal. A mí me pasa lo mismo cuando me dicen que se ha muerto algún exfutbolista de los 40-50 e incluso algunos de los 60, que si no es muy conocido pues no me afecta lo más mínimo. Montes formó parte de la plantilla deportivista de 1983 a 1986. Tres temporadas de las casi 20 que formaron “a longa noite de pedra”, como se le conoce a la travesía que tuvo que pasar el Deportivo desde 1973 hasta que retornó a Primera en 1991. Vino de ser suplente en el Real Valladolid para hacerse con la titularidad en los tres ejercicios que pasó en La Coruña, arrebatando el puesto en la portería al eterno Jorge.
Vivió el triste episodio de Oviedo, donde el nefasto Villena Peña mató las ilusiones de muchos coruñeses que se habían desplazado a aquella localidad para celebrar el ascenso. Vivió también el año anterior un surrealista intento de soborno que ya relaté en este mismo blog cuando comenté el partido del Levante de la temporada pasada. Tambien tuvo alguna tarde aciaga, como cuando el Cádiz nos metió un escandaloso 7-2 en la 84-85. Pero, en general, era un cancerbero sobrio, elegante, nada dado a las florituras, que militó esas temporadas en el Deportivo ganándose justamente la titularidad.
Montes fue protagonista de mis primeros cromos. Por aquellos años yo era un chico más que me dedicaba año tras año a completar aquellas colecciones de cromos de fútbol. Y una de mis frustraciones era la de que nunca podía tener cromos del Deportivo. Solo salían colecciones de 1ªDivisión, y claro, el Deportivo no formaba parte de ella. El caso es que, cuando Montes firmó por el Deportivo, me apresuré a buscar ese cromo de su temporada anterior en el Valladolid. Salía con otra camiseta, pero daba lo mismo. Ya tenía un cromo de un jugador del Deportivo. Al fin y al cabo, al ser portero, no se notaba mucho. Tenía el cromo de Brizzola con el Salamanca, luego vino el de Montes, después el de Verón y Dacosta con el Mallorca, Sebas con el Murcia… era mi pequeña colección de cromos “deportivistas”.
Tras retirarse, comenzó su carrera como entrenador, siempre en 2ªB salvo un año en el Algeciras en 2ªDivisión. Es curioso, Jose Luis Montes jugó en mi equipo, en mi ciudad, y luego entrenó a equipos de ciudades donde estuve viviendo por motivos laborales de mi padre: en Algeciras y en Melilla. Debe ser por eso por lo que nunca le perdí la pista y ahora estoy escribiendo este artículo sobre él.
Para los de nuestra edad, los cuarentones, para los que empezamos a vivir el deportivismo desde mediados de los 70, Montes se une a otros jugadores que nos dejaron cuando aún tenían muchos años por vivir, caso de otro portero, Fernando, que también militó a finales de los 80 en el Deportivo y que falleció en 2000, de nuestro José Luis Vara que nos dejó hace ya cuatro años, de Musti Mújika en 2004, de Javier Sagarzazu, que falleció repentinamente aquella pretemporada de 1987… espero no haberme dejado a ninguno.
Descanse en paz, José Luis Montes. Uno de los nuestros.