En el acogedor local “Portas Ártabras”, que la Asociación de los Museos de Galicia posee en pleno corazón de la Ciudad Vieja coruñesa, se celebró hace unos días la presentación del número 5 de “Cadernos de Estudos Xerais”, que está dedicado a Manuel Espiña Gamallo, un ejemplar sacerdote católico que fue gran promotor de la liturgia en gallego, y defensor del idioma y de todas las causas justas. Yo tuve la suerte de conocer y tratar personalmente a Manuel Espiña, un “crego” muy próximo al pueblo, que me había sido presentado por nuestro común y buen amigo Ramiro Cartelle, que fue mi compañero durante varios años en la Coral Polifónica “El Eco”, que él llegó a dirigir en varias ocasiones y de la que yo he sido Presidente casi 14 años y de la que soy Presidente de Honor. Ramiro dirigía un excelente coro que cantaba las misas en gallego, oficiadas en tiempos de Franco por Manuel Espiña, en la Iglesia de las Maravillas, en la herculina calle Panaderas. En 1970, en “Outeiro de San Xusto”, Espiña, que fue Canónigo de la Colegiata coruñesa, escribió: «Galicia está viva, nunca estivo morta, anque houbo quen lle cantaron o funeral. O Espírito de Galicia sempre estivo con ela…mais temos que confesar que en Galicia hai moitas cousas mortas e outras a piques de morrer. O mais grande que temos, a nosa lingua, para moitos é como follas secas que se espera que o vento as leve a calquera recanto onde apodrezan…O pecado vén de moito atrás, xa case é pecado orixinal». ¡Cuánta razón tenía!. (Foto: Lajos Spiegel)
2 comentarios en “Homenaje a Manuel Espiña, organizado por la Asociación Irmáns Suárez Picallo, de Sada”
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Un homenaje más que merecido.
Un homenaje más que merecido.