Adrede he utilizado la palabra griega “hecatombe” en el titular de este artículo. Porque lo del Real Club Deportivo de La Coruña ante el Celta de Vigo B el domingo en Riazor tuvo todos los visos de una tragedia griega que, si me apuran, no superan escritores helenos de la talla de Esquilo, Sófocles o Eurípides.
Aunque algunos sectores deportivistas, incluido el entrenador, dijeron que no era un “derby”, lo que queda para los anales de la historia futbolística es que ¡¡¡ el Celta B ganó 2-1 al Deportivo y, para mayor vergüenza, en el Estadio de Riazor!!!. Que no olviden que representan a La Coruña, según la primera foto (de su página oficial).
El partido fue malo de solemnidad. Si no fuese por la importancia de los puntos, sería una “pachanga” veraniega o de pre-temporada, y de las malas. No hubo apenas jugadas de calidad, ni tampoco individualidades de relieve, pese a que en el Deportivo alinearon ex jugadores de Primera o con internacionalidades a sus espaldas.
Con esta primera derrota, el Deportivo perdió el primer puesto. Y, para estar a la altura de tamaña “desfeita”, su entrenador, Fernando Vázquez, se “auto expulsó”, pues sabe que está en el punto de mira de los árbitros. El trencilla de turno no ocultó una mueca de satisfacción cuando le mostró la segunda tarjeta amarilla, seguida de la roja. Y como, además, el de Castrofeito (más bien “desfeito”) es reincidente…. ¡País!.
Cambio de tema. Tal como me prometió durante la visita que le hice en su despacho, para felicitarle por su reciente 99º cumpleaños, el ex Alcalde de La Coruña José-Manuel Liaño Flores (en la segunda foto), número 1 mundial de los abogados en ejercicio, académico y juez jubilado me remitió este otro estupendo relato profesional:
“Te envío ese artículo de mi Anecdotario Jurídico referido al número de leyes y demás normas de obligado cumplimiento que tenemos en España, in crescendo, que no es ejemplo de nada, porque en cualquier otra nación europea o no europea, como puedes ver se produce la misma exuberancia o más que en nuestro país en una competencia loca por reglamentar hasta la respiración.
“¿Cuántas leyes, decretos, reglamentos, órdenes y demás normas de obligado cumplimiento hay en España?. Es un dicho corriente y de uso vulgar que las muchas leyes no mejoran el comportamiento de los ciudadanos, sino pocas y bien observadas, porque su multiplicidad provoca constantes litigios, pues -“pessima república, plurimae leges”-. Cada pueblo ve las cosas desde un ángulo particular y reacciona según su raza. Ante la Ley, un inglés se inclina sin resistirse, un italiano se resiste a inclinarse, un alemán se somete y obedece, un francés resiste con energía y la discute, y un español es por temperamento enemigo de la autoridad (mientras no tiene necesidad de ella).
“Este fenómeno de la pérdida de estima que sufre el Derecho y los profesionales de la justicia, y la multitud de normas locales que se dictan para adaptarlas a pequeños núcleos sociales, provocan la solución contraria, como estuvo a punto de lograrse en la Edad Media de que todos los españoles llevasen en su bolsillo una carta foral con un solo artículo: “Este español está autorizado para hacer lo que le dé la gana”.
“Un autor belga, citado en 1959 por Juan Gómez Jiménez en su obra “Los hombres frente al Derecho”, pretendió reunir todos los textos legales de su patria, y después de cuatro lustros llegó a elaborar 62 tomos de 1.200 columnas cada uno y 5.000 artículos jurídicos, pero no había llegado más que a la letra M del índice alfabético que se había fijado.
“Aquí en La Coruña un Ilustre Decano del Colegio de Abogados, ya fallecido lamentablemente, de imperecedera memoria, D. Jesús Varela Fraga, intentó hace unos 4 años contabilizar, sin textualizarlas, el número de las disposiciones legales vigentes en España, incluida en este caso la jurisprudencia, consultando y obteniendo la colaboración de numerosas editoriales como Bosch S.A., Aranzadi S.A., Reus, Dykinson, La Ley Actualidad, Aguilar, etc., llegando a un cálculo aproximado de la existencia de 340.000 leyes y demás disposiciones legales que lógicamente habrán aumentado con el curso de estos últimos años. Lo que no hizo nuestro Decano, pero si el autor belga, fue calcular también las páginas que ocuparían todos los textos legales vigentes en aquel entonces, que desbordarían los libros de cualquier biblioteca, incluso de la Nacional.
“Otro autor por su parte, nos dice de su país (sin citarlo) que a pesar de ser joven y de organización unitaria, tiene 10 códigos y 12.000 leyes, con varios cientos de miles de artículos a los que se agregan los reglamentos, las ordenanzas, las resoluciones de carácter general y la jurisprudencia.
“El legislador quiere preverlo todo, y legisla sobre todo creyendo erróneamente que la multiplicidad interminable de las leyes es un remedio adecuado.
“Ocurre en cambio que las únicas disposiciones que se cumplen desde el primer día, son únicamente las fiscales y las contributivas (impuestos, patentes, contribuciones, etc.). Lo demás se legisla y se acata, pero no se cumple o se procura evitar su cumplimiento. “
“Vivimos en una malla de hechos. Para cada hecho, una madeja de leyes, y el haz de todas las leyes, la justicia de los hombres, y de las mujeres”.
Hace unos días les informé del fallecimiento del hermano del tenor coruñés Quique Paz, y desde Madrid recibí este mensaje de condolencia de Antonino Nieto: “Muchas gracias, Roberto, siento el fallecimiento del hermano de tu amigo. Un abrazo”.
Finalizo por hoy. Prometo seguir publicando más crónicas de este “Estado de Alarma-Toque de queda”. ¡¡¡Mientras el cuerpo aguante!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)