Hasta hace no muchos años, el turismo en Galicia era más bien testimonial o casi residual. Fuera de nuestras fronteras regionales apenas se nos conocía turísticamente, y en ese terreno se nos valoraba de forma un tanto folclórica. Nos asociaban más a la gaita y a las brujas o meigas que a otras cosas más importantes o trascendentes. Si acaso, la gastronomía era realmente valorada y apreciada por grupos de gentes más amigas de los pucheros y las “papatorias”, que de los monumentos, playas, paisajes, música, etc. que Galicia posee en cantidad y calidad.
Pero la actuación de Víctor-Manuel Vázquez Portomeñe (mi querido compañero de Milicias Universitarias) como Conselleiro de la Xunta de Galicia (1993-1996), y su famoso “Pelegrín”, cambiaron rotundamente las tornas, al poner en valor los Caminos a Santiago de Compostela y toda la parafernalia, de carácter turístico más que religioso, que se creó a su alrededor, y que sigue creciendo año tras año. Ese continuado auge turístico ha tenido fiel reflejo en la recién clausurada Feria Internacional de Turismo (FITUR) 2018, celebrada recientemente en Madrid.
Según los datos oficiales aportados por la Directora Xeral de Turismo de la Xunta de Galicia, Nava Castro (con quien aparezco en la fotografía que ilustra esta información), el stand gallego registró la visita de más de 76.500 personas, lo que supone un récord galaico en ese tipo de eventos del mencionado sector turístico. A lo largo de los cinco días que duró la Feria, el expositor turístico de Galicia acogió 43 presentaciones promocionales de las cuatro provincias gallegas. Nava Castro afirmó que el principal objetivo del departamento a su cargo es incrementar el turismo de calidad, por el que la Xunta de Galicia y su Presidente, Alberto Núñez Feijóo, han sido distinguidos (Premio Q de Calidad Turística).
Enhorabuena, y que sigan los éxitos. (Foto: Lajos Spiegel)