Algunos pensaron que llegaba la época de la estabilidad en el banquillo, pero parece que no va a ser así pues Martí no va a seguir en la ciudad herculina. A partir de la fecha hay que evitar que el equipo blanquiazul siga siendo una trituradora de entrenadores, esto no da buena imagen y es fiel muestra de que la cosa no va bien. Esperemos que Paco Zas muestre mesura y confié en los entrenadores más que Tino Fernández.
En lo económico pese a tener un presupuesto muy inferior al de los últimos años hay que mostrar una la línea de seriedad y compromiso con la buena y ordenada gestión, la deuda aunque aplazada está ahí y hay que pagarla por lo que debemos generar confianza en los agentes económicos. Esperemos algún día conocer el compromiso con la entidad financiera y hacienda que nos ha permitido afrontar la deuda.
El tema social necesita dialogo, y sobre todo escuchar para así poder profundizar en la conexión del club con la sociedad, entidades, ONGs. El Deportivo como un club de valores atento a la evolución de la sociedad de su tiempo y capaz de apoyar o liderar causas como la igualdad, el fair play, el apoyo al fútbol femenino, etc. El equipo directivo no puede ser solo un conjunto de señores con corbata, tiene que bajar a la arena y conocer de primera mano las inquietudes del deportivismo. El Superdepor se construyó “de abajo arriba”. Dentro del cúmulo de aciertos, había una fuerte sensación de cercanía con la ciudad. Los jugadores eran presencia frecuente en la calle, en los colegios, en el Hospital. No tiene sentido aplicar un modelo de comunicación tipo Real Madrid o Barcelona. Nuestras “estrellas” tienen que brillar por estar cerca, no por colocarse allí a lo lejos. El Depor no puede ser percibido como un club que “pelean” una vez a la semana y el resto del tiempo están ausentes del día a día de la ciudad. Un club de esta mentalidad siempre tiene problemas, los clubes de raigambre como el Betis, Sevilla, Athletic Club o Atlético de Madrid, garantizan mejor la continuidad de los proyectos.
Habría que estudiar el adaptar al Depor la política social de los clubes de baloncesto de la NBA. Definir colaboración con ONGs, estar presentes en causas solidarias, establecer visitas periódicas de los jugadores a los colegios, a ver a pacientes infantiles al hospital, fijar una comida mensual en la Cocina Económica, Padre Rubinos, … Y fijar esto en el plan de trabajo de la Directiva y del Equipo. No es una cosa que se hace de vez en cuando porque se le ocurre a alguien; es parte de las señas de identidad del club. Los jugadores tienen que acudir de vez en cuando al básquet, al hockey y apoyar a otros deportistas coruñeses destacados (CRAT, halterofilia, etc.) El fútbol no puede estar aislado del resto, no es realista y además esa sensación ya no vende. Hay que tener claro que “todos somos deportivistas, y todos somos deportistas”. A la espera de ver como cambian algunas cosas y algunas personas entonamos un ¡Forza Depor! y un ¡Forza Fefé!