Anteayer asistí a la inauguración de una excelente exposición del joven artista Edu Albo, en la acreditada galería coruñesa “Monty4”. Pese a que hacía una noche horrible, fuimos muchos los que nos desplazamos hasta el número 4 de la calle Montroig para disfrutar con esta soberbia muestra de Edu, a quien vemos en la fotografía con los directores de la sala Jesús Montero y Valle García, que fueron sus magníficos presentadores. La exposición, que podrá ser visitada hasta el 31 de enero, está integrada por un total de 16 cuadros, de diversos formatos, que van desde los 20×20 cm. a los 90×110 cm., y cuyos precios oscilan entre los 250 euros y los 1.500 euros. Del soberbio texto de Jesús Montero, reproduzco lo siguiente: “ Se educó en la gramática esencial de la representación diédrica, en aquellas primeras aproximaciones a la abstracción que consistían, inicialmente, en la transformación de un volumen en un plano a través del dibujo de sus plantas, alzados o secciones que luego derivarían en abstracciones más complejas como abatimientos o intersecciones; construyendo unos relatos que se escribían con instrumentos rudimentarios como un tiralíneas, una escuadra, una regla graduada o una bigotera. A esas historias, normalmente contadas con tinta china, que Edu Albo elabora, les va agregando color, para adjetivizar o metaforizar el objeto…. Lo que nos ofrece Edu Albo en esta exposición es cuando menos novedoso y atípico, teniendo en cuenta las descripciones de materias a las que nos tenía acostumbrados. En cualquier caso y al margen de las reflexiones de Heidegger sobre los zapatos o botas de Van Gogh y el origen de la obra de arte, lo que realmente nos presenta ahora (y en este caso no dudo de que Magritte estaría de acuerdo) no son unas zapatillas (ceci n’est pas una pantoufle)”. ¡Chapó!. (Foto: Lajos Spiegel)