Entre 500 y 5.000 euros es la multa a la que pueden enfrentarse los poseedores de perros que no tengan su correspondiente chip de identificación y que no estén apuntados en el “Rexistro Galego de Animais de Compañía”.
Eso ha hecho que desde que el 11 de enero de este año, fecha en la que entró en vigor la Lei de Benestar Animal, se haya disparado el número de canes registrados. A mediados de mes eran unos 55.000 chuchos los que habían incrementado la nómina canina gallega, elevando su número a 538.726. La provincia de La Coruña es la que más perros declara: casi 202.000 (en la fotografía, con “Pepe”, el chihuahua de mis nietas), por 187.000 en Pontevedra, 80.000 en Lugo y 69.000 en Ourense. Tristemente, su número supera al de niños de 0 a 10 años…. Es de resaltar que la mayoría eran animales que ya vivían con sus propietarios, quienes ante el temor de ser sancionados por carecer del chip optaron por legalizar la situación de sus mascotas. Por cierto, no veo nada denigrante esta denominación, contra lo que opinan los exacerbados defensores de los animales, ya que no se trata de un término usado peyorativamente. A pesar del fuerte incremento registrado en la “matriculación canina”, los expertos calculan que hay aún más de 150.000 “cadelos y cadelas” que no tiene implantado bajo la piel de su cuello ese diminuto dispositivo electrónico que hace fácil su localización en caso de extravío. Los extranjeros se sorprenden del número de perros que hay en Galicia, considerándolo un indicador de bonanza económica.
Por cierto, yo no he visto ningún lugar con tantas personas paseando sus perros como en el paseo marítimo de la coruñesa Playa de Santa Cristina, cuyos dueños prefieren el invierno, ya que los pueden bajar al arenal. ¡Ah!, en el Rexistro (aunque no es obligatorio) también hay gatos y otros animales…. (Foto: Lajos Spiegel)