Llegó el final de liga y con ello un merecido descanso para el aficionado blanquiazul. Ojalá nos pasase como a los aficionados de otros clubes y no quisiésemos que la competición tuviese un fin para así seguir disfrutando del juego y resultados del equipo. Pero en este caso no podemos decir que se ajuste ni mucho menos a la realidad, pues una mayoría de los deportivista estamos deseando The End.
Una vez salvados del descenso y finalizada la temporada los diferentes estamentos del deportivismo están mostrando su descontento públicamente. Los jugadores y la gestión deportiva mayoritariamente son ojo de las críticas. Los socios, abonados, accionistas y simpatizantes ya no se creen que la culpa sea de los entrenadores. Lo que está claro es hay que escuchar a la familia blanquiazul después del cumulo de despropósitos vivido esta temporada.
Lo cierto es que la afición sabiamente ha esperado el momento oportuno para lanzar sus ataques y avisar de que vamos por el camino erróneo. El gesto de esta hinchada de esperar a que el Real Club Deportivo de La Coruña no se juegue nada se debe tener en cuenta y valorar.
El que quiera defender lo indefendible comete un error, hace meses pedíamos autocritica a Garitano, hoy se la pedimos a todos y cada uno de los que dirigen el Club. No podemos salir de este problema si pensamos que lo estamos haciendo bien, el discursos de la herencia recibida debe tener un fin. Abegondo y el trato a los chicos que llevan en la cantera diez y once años tiene que ser otro. Los entrenadores y directores del futbol base deben ser de la casa salvo que mejoren mucho lo existente, y visto lo visto no mejoran en nada. Debemos tener una estabilidad en el banquillo, no podemos cambiar cada dos por tres de entrenador. Habrá que marcar otro criterio para elegir los capitanes, pues los capitanes del equipo deben estar en el campo. Este año los capitanes casi no jugaron. ¿Se imaginan un barco que zarpa sin su capitán?
Lo que tengo claro es que es el momento de hacer la crítica, no valen paños calientes, excusas de mal perdedor y mucho menos que algunos ahora vayan de victimas y se rasguen las vestiduras. Es el momento de exigir a los que cobran y viven del Depor, si de verdad saben de futbol que lo demuestren.
Por otro lado, algunos esperamos que el Fabril cumpla con el objetivo del ascenso a una Segunda b para poder asentarnos y conseguir que la cantera se convierta en una realidad. Es difícil conseguir cantera si no juegan los chicos en el primer equipo, si no se cree en ella y si se le trata como se trató a Pichi esta temporada. Este caso ya se trató en su momento y no debe volver a repetirse. Por último, decir que hay jugadores del Fabril que son mucho mejores que alguno de la primera plantilla. Es el momento de no comulgar con ruedas de molino. ¡Forza Depor!