El espíritu de Aristófanes revoloteó gozoso por el aula de cultura del Casino de La Coruña.
Autor más que centenario vio una adaptación de su LISÍSTRATA, representada en el aula de cultura de una centenaria Sociedad; el Sporting Club Casino herculino.
Su grupo de teatro dirigido por Xosé Leis, puso en escena la adaptación de la emblemática obra.
El público asistente (casi completó el aforo de la sala) disfrutó del trabajo llevado a cabo por las intérpretes.
Así pudimos sentir el empuje de la mujer griega, cansada de que sus hombres se fueran a batallar abandonando sus obligaciones maritales, su unión y amenazas, consiguieron regresaran a sus hogares ejerciendo como padres de familia, al mismo tiempo ellas podrían abandonar la Acrópolis, que le servía de refugio durante estas reyertas y que en vano intentan conquistar los hombres.
Pudimos disfrutar de las cualidades interpretativas de Ángeles Madrid arengando a sus compañeras, con razonamientos más que convincentes.
En las diferentes disertaciones disfrutamos del buen hacer de
Cleonice: Amparo Roquer,-Lampito: Dolores Bello,- Mirrina: Montse Suárez,- Mensajera: Teresa Agra,- Comisario: Isabel Sánchez;- o el Arquero; Ricardo Rivero.
Todos ellos demostraron una entrega total en la memorización de los diálogos y en las expresiones utilizadas.
A pesar de que se representó por primera vez en el 411 a. de Cristo, está de permanente actualidad.
La obra que nos ocupa finaliza con la reconciliación de hombres y mujeres y por tanto el final de las guerras.
En las negociaciones, Lisistrata hace de mediadora entra ellos y lo atenienses y la paz se consigue.
El final celebra la felicidad alcanzada: hay una comida de reconciliación entre atenienses y laconios, se reconcilian también hombres y mujeres y todo concluye entre danzas y cantos.
