Veintitrés años hubo que esperar para que el buque escuela de la Armada Española arribara nuevamente en la ciudad de La Coruña. Y lo cierto, es que la expectación fue, y es, desde el primer día, impresionante. La ciudad al completo se ha volcado en la recepción del Juan Sebastián Elcano. Cuando digo que toda la urbe se ha volcado, no hablo única y exclusivamente del cariño y curiosidad que la ciudadanía profesa a este bergantín haciendo cola para visitar y conocer de primera mano los casi cien años de historia desde la época del navegante marino, militar y explorador el portugués Fernando Magallanes que da nombre al famoso estrecho de Chile, Patagonia, Tierra de Fuego, etc..
Las instituciones publicas como el Puerto y Ayuntamiento de La Coruña que ejercieron como grandes anfitriones han liderado una acogida calurosa y cariñosa a la tripulación de un buque que tiene asignadas dos principales misiones, una la formativa de nuestros marines y dos la de ejercer de cuerpo diplomático de España.
Quiero apuntar, que empresas privadas como Estrella de Galicia han invitado a la tripulación a visitar la fabrica de cervezas coruñesas, y que el Real Club Náutico ha ofrecido sus instalaciones para una cena de gala donde se pudo ver como telón de fondo la puesta de largo de los oficiales y suboficiales en los magnificos y nobles salones del club náutico.
Muchas anécdotas y curiosidades hemos vivido en poco mas de una hora de visita mis amigos Fernando Cobián, Pablo Campo, Luis del Moral y el que escribe en el día de ayer a bordo del una goleta llena de historia que recibe a todos los visitantes de forma magistral como siempre corresponde al estamento militar.