Es muy sencillo, el Real Madrid después de la marcha de Zidane necesita un entrenador. Se fija en lo que a su forma de entender es el mejor candidato para dirigir el banquillo. Pese a lo complicado que parece el caso, el equipo merengue decide hacer una oferta al exmadridista. El elegido se llama Julen Lopetegui, que en ese momento esta a punto de comenzar a disputar el Mundial de fútbol de Rusia como seleccionador nacional español. La oferta de un equipo como el Real Madrid seduce al exfutbolista guipuzcoano. El fichaje se hace público en lo que se considera un momento delicado para los intereses de la Selección Nacional Española. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol considera una traición el fichaje y el anuncio de este en el momento en que se hizo. Convoca gabinete de crisis y destituye a Lopetegui y señala a Florentino Pérez con el dedo. A dos días del comienzo del campeonato mundial se hace cargo de la selección un entrenador sin experiencia como tal, y aquí empieza la nueva época de Fernando Hierro. Existen diferentes puntos de vista al respecto, pero lo que está claro es que el Real Madrid necesitaba un entrenador, a Julen le gustaba la idea, y que el presidente de la RFEF quiso dar un golpe de timón. Despropósitos tras despropósito con un perjudicado como es nuestra selección.
Otro despropósito es lo que ocurre en el Deportivo. A mi modo de entender la situación actual que está viviendo el Depor no genera nada positivo en pro de sumar en defensa de los intereses blanquiazules. Hace unas semanas hablamos de la importancia que tienen las formas y estilo a la hora afrontar unas elecciones. El caso, es que no me gusta nada lo que está pasando y como se están haciendo las cosas por las partes interesadas. Por eso, creo que ambos postulados candidatos deben de hacer un siempre enriquecedor examen de conciencia donde la reflexión generosa y pausada debe obligar a anteponer los intereses del Real Club Deportivo de La Coruña por encima de todo lo demás. No creo que sea bueno judicializar nuestro querido Club. En fin, vamos a pedir una vez mas a unos y otros que no embarullen el proceso. Miguel Otero y Tino Fernández no entiendo a que juegan, hasta la fecha se lanzan dardos de desprestigio y lo que no se dan cuanta es que lo único que van a conseguir es el efecto contrario. Que nos cuenten sus programas y nos anuncien quienes son sus compañeros de viaje. Eso es lo que nos interesa a los deportivistas y no todo este jaleo, que dicho de paso no conlleva a nada bueno.
Parece que las muchas críticas que recibe desde hace un tiempo el Consejo de Administración han hecho recapacitar y reaccionar al Real Club Deportivo, que por fin decide poner a alguien de la casa al frente del Fabril. El elegido en este caso se llama Tito Ramallo y es bien visto por los diferentes estamentos de la familia blanquiazul. Desde aquí quiero desearle mucho éxito a mi amigo Tito que a buen seguro fortalecerá el sentimiento deportivista que algunos echábamos en falta desde hace algún tiempo. Espero que el gesto de fortalecer el sentimiento haga valorar a los jugadores coruñeses como merecen. Esperemos más aciertos y menos despropósitos, ¡Forza Depor!