El Real Club Deportivo de La Coruña necesita paz social, eso es lo que queremos y deseamos una amplia mayoría de los miembros de la familia deportivista. El momento delicado que vive el Club en el área deportiva y social requiere unión por parte de todos los parroquianos blanquiazules que formamos este gran Depor. Sin lugar a duda, esto nos ayudará a confiar e ilusionarnos con un futuro más prometedor. ¡Ojo! no debemos olvidarnos de que en el apartado económico hay un debe en contra de varios millones de euros, que dicho sea de paso estamos obligados a pagar. A la vez que convendremos que la categoría de plata no es la mejor zona para generar ingresos que nos permitan poder cancelar la deuda.
Pues bien, parece que nuestro presidente Tino Fernández y su Consejo de Administración han detectado que los diferentes estamentos del deportivismo quieren y esperan concordia y armonía para afrontar la larga e importante temporada que pronto va a empezar. Las críticas recibidas en los últimos meses han hecho recapacitar a una directiva que aún no ha conseguido ganarse el cariño de la gran mayoría. Creo que la disconformidad publica, pero a la vez respetuosa que hicimos algunos se hace necesaria para defender los intereses de nuestro querido Depor. La asignatura pendiente del actual Consejo de Administración en el área deportiva y la búsqueda de la paz social, están en marcha.
Esta temporada el Deportivo apostó por Carmelo del Pozo como director deportivo. La idea es darle una vuelta a una parcela que no daba resultados. Carmelo en la actualidad goza de la confianza de Tino y tiene el beneplácito del Consejo de Administración para incorporar al staff técnico los diferentes profesionales con el único objetivo devolver al equipo a la máxima categoría del fútbol nacional. Sobre la política de entradas y salidas de jugadores y entrenadores mantengo mis dudas, y las he hecho públicas recientemente en esta columna, pero por el bien del Depor voy a mantenerme en silencio a la espera de resultados. Entiendo que estamos en un momento en que debemos dejar trabajar y esperar que nos depara este nuevo manual de funcionamiento.
El archivo de la causa contra el expresidente Augusto Cesar Lendoiro por parte de la juez, que considera que ya no hay caso, ha servido para que Tino decida dar un primer paso en búsqueda y en pro de pacificar el club. La decisión tomada por el máximo dirigente de no recurrir el archivo de la causa es considerada como fin de un capítulo y la puesta en marcha de una nueva etapa. Los actuales dirigentes saben que criticar el pasado, se les puede volver en contra en un futuro. Lo que demuestra que hay una nueva hoja de ruta en la dirección del Depor. Si entra la bolita, todo sería más fácil. Pero también es cierto, que para que entre el balón en la portería hace falta futbol y más fútbol. A los deportivistas nos gustaría ver una familia unida, sin rencores y sin tanta memoria histórica. Espero y deseo que estas decisiones de Tino Fernández sean acertadas y que el cariño y respeto a su trabajo sean reconocidos por la familia deportivista. ¡Esperemos la DeporPaz!