Ponerse a escribir un artículo antes del partido, y cuando la actualidad deportivista es el encuentro disputado ayer ante el Reus parece un poco desactualizado. Hoy vamos a intentar que sea mucho más emotivo el hacerlo antes, sin saber la realidad de lo ocurrido.
Ayer salimos de casa sin dormir la siesta para asistir en Riazor al primer enfrentamiento oficial en el estadio coruñés entre Deportivo y Reus. En esta ocasión volvemos a un horario que algunos conocíamos como tarde de fútbol. Me gusta esto de ir a las cuatro, aunque quizás sería más cómodo disputarlo a las cinco de la tarde por aquello de hacerle la vida más cómoda a aquellos que viven más lejos. Al fin y al cabo, siempre mejor este horario que un domingo a las nueve de la noche o un lunes después de una jornada laboral. Cada uno habla de los horarios según le convenga. Yo personalmente prefiero los partidos los domingos a las cuatro y media, u cinco de la tarde. Así me da tiempo a tomar café y charlar con los amigos que van camino a la victoria.
Llegando a Riazor y con el ánimo de apoyar al Depor nos encontramos a un nutrido grupo de exjugadores deportivistas llegados desde distintos lugares del mapa mundo. Todos ellos lucían la camiseta blanquiazul que se habían enfundado para la ocasión y con la consigna de animar al equipo hasta la victoria. Todos lo miembro de la familia blanquiazul recibieron a los héroes del pasado como si no hubiese pasado el tiempo.
Allí estaba Vicente Celeiro rememorando con los de la curva mágica aquel gol que marco al Racing de Santander y que nos salvaba del descenso a segunda b. También apareció Stojadinovic que marco dos golazos al Murcia el día que ardía la grada de Preferencia superior y en que volvíamos después de más de veinte años a la máxima categoría del fútbol nacional. El búlgaro Kiriakov acompañado de Albistegui recodaba los goles marcados al Betis en el partido de ida de la promoción ante el Betis del año 92, que permitió que el equipo coruñés se mantuviese la categoría. Incluso Djucki apareció para animar y no quiso ni comentar nada del penalti fallado ante el guardameta González que en aquella ocasión defendía la meta del Valencia.
Alfredo Santaelena y Javier Manjarín dejaron los banquillos en esta jornada para asistir a la fiesta de Riazor, que estaba ataviada y engalanada como si de la final de Copa del Rey de 1995 en el Bernabéu se tratase, y donde ambos marcaron los goles de la victoria ante Zubizarreta. No faltaron a la cita la pareja de brasileños Bebeto y Mauro Silva. Djalminha venia acompañado de Mostovoi al que a modo de broma le dio una colleja. Donato que abrió el marcador el día que ganamos la liga bromeaba con Roy Makaay de cuál de los goles era el más bonito. Sergio, Diego Tristán, Valerón y el Turu Flores nos avisaron a todos que el partido iba empezar y que el saque de honor lo iba a hacer Irureta. Cuando nos dimos cuenta Arsenio, Fran y Lendoiro estaban en el palco de autoridades sentados junto a Tino, un día en que Scaloni y Capdevila se fueron a ver el partido a la grada de general con la pancarta de José Luis Vara. ¿El resultado? victoria del Depor por goleada ¡Forza Depor!