Se inaugura una nueva exposición en este emblemático espacio. Cumpliendo así con la misión para la que fue creado allá por el 1934 del siglo pasado, mostrar arte, promover arte. Hoy, se celebra aquí una nueva exposición de pintura, la 1585. Su autor, Antonio Cuadrado. Este pintor es sumamente conocido, muchos de nosotros sabemos de su trayectoria artística. No es mi intención enjuiciar su obra, eso lo dejo para verdaderos eruditos, santones que no dejan de pronunciarse y sentenciar contundentemente sobre Arte, dejando muchas veces atónitos a quienes pasamos horas y horas ante un lienzo en blanco, absortos con la melodía que produce el roce de los pinceles sobre el mismo. Voy a hablar del trabajo artístico de Antonio desde el punto de vista del hacedor de pintura. Dejemos en un aparte todos los eufemismos, ismos etc. centrémonos en esta pintura perfectamente estructurada, posee este artista un ojo especial para el color, la pintura gruesa aplicada con tanta destreza, hace que la comunicación entre la obra expuesta y su contemplador sea instantánea y gratificante. La espontaneidad en cada pincelada de puro color sin mezclar, la inmediatez de un instante capturado en una visión fresca y original, hace que sus creaciones sean claras y diáfanas, su mayor logro radica en la fuerza de la esencia. Dije al principio que no quería enjuiciar la obra de Antonio y sin pretenderlo lo estoy haciendo, no es un juicio en sí mismo, es un análisis partiendo de mi deformación profesional. Pongámonos en la tesitura del sí me gusta o no su estilo, hay que tener presente la honradez del autor en la realización de su trabajo artístico. Se dice y bien, que cuando el espectador puede fundirse dentro de la obra contemplada; sea capaz de imaginarse caminando por una vereda, etc, es cuando el cuadro está bien construido. A la vista de los que pinta Cuadrado se da esta circunstancia, simplemente, analicemos la obra que ilustra esta invitación; hagamos no solo el ejercicio de caminar por la calle, intentemos el ademan de bajar a la playa, podríamos hacerlo, las figuras en movimiento nos invitan a ello.Nos hallamos ante una obra realizada sin prisas; bien pensada, con un diálogo previo entre el lienzo y el pintor; fruto de ello es la obra que hoy contemplamos. Hagámoslo con calma, sin prisa para cruzar a la otra orilla, el reposo y la mesura, son ingredientes necesarios para el deleite del contemplador de Arte.