Vinculación entre el Rela Club Deportivo de La Coruña y el Valencia CF
El pasado miércoles después de tomar una deliciosa empanada de bacalao en Las Pepas, nueva taberna contemporánea situada en la calle Juan Florez, comentamos la visita del Valencia a Riazor y recordamos los momentos históricos vividos en enfrentamientos con los valencianos. Por un lado, Yago Sáenz de Buruaga y Ozores recordaba el único gol marcado por Mauro Silva como jugador deportivista en el Luis Casanova; el periodista Xaime Calviño sólo quería hablar de los buenos momentos y apuntaba el gol de Alfredo Santaelena en la final de Copa del Rey disputada en el estadio Santiago Bernabéu el 24 de junio de 1995 y Pablo Vivanco, farmacéutico de Las Lagoas, recordaba el penalti fallado por Djukic el 13 de mayo de 1994 en aquel fatídico partido en el que el meta González tiró por los suelos el sueño de toda una vida de muchos deportivistas. Por otro lado, qué mejor escenificación de los duelos Dépor-Valencia que el espectáculo de Djalminha desquiciando a Albelda en la banda de tribuna.
En los últimos años en el Valencia militaron jugadores de la talla del argentino Claudio Javier López “El Piojo”, del montenegrino Predrag Mijatovic «Pe?a» y del búlgaro Luboslav Penev “Lubo”. Ahora viene a La Coruña con César (portero del Madrid en el centenariazo), Marchena, Silva, Baraja, Albelda y el asturiano Villa. ¿Tendrá algún parentesco con aquel Villa también asturiano que jugó en el Dépor en la temporada del ascenso? Lo que sí es cierto es la vinculación de los deportivistas Pellicer y Manolete con el club che. El primero de ellos fue incluso campeón de liga en la temporada 70-71 de la mano de Alfredo Di Stéfano teniendo como compañeros a Sol, Lico, Claramunt, Paquito (capitán), Sergio, Antón y Aníbal, éste último uno de los jugadores más duros de los últimos cuarenta años. Manuel Ríos Quintanilla, Manolete, fue internacional con Ladislao Kubala en dos ocasiones ante Irlanda y Grecia, las dos cuando pertenecía a la disciplina blanquiazul. Se traspasó al club del Turia (lo cual provocó un gran disgusto en la afición deportivista) en el verano de 1972, el mismo en el que el Deportivo estrenaba su sede de la Plaza de Pontevedra. El bravo centrocampista no tuvo la suerte que se merecía. Después de una lesión de clavícula y menisco provocada por una dura entrada, en la temporada siguiente Arsenio se acuerda de él y solicita su cesión al Hércules, siendo una pieza clave en la consecución del ascenso del club alicantino a primera división. El Valencia lo reclamó en la temporada siguiente, pero apenas jugó. También, y en la época del súper-Dépor hay que citar al actual delegado del Valencia Salvador González “Voro”, un central a la vieja usanza que no se complicaba la vida y que cumplía a rajatabla la misión encomendada desde el banquillo.
Volviendo al presente, a ver si tenemos suerte el domingo y repetimos la victoria de la pasada temporada en Riazor en la que el Dépor ganó por 2-1. La expulsión de Villa, autor del 0-1 en la primera mitad, fue clave para que los de Emery no se llevaran el triunfo. Aunque este partido es de los más difíciles de esta liga, apuesto por una victoria blanquiazul, a pesar de la motivación del guaje por batir el récord de goles de Mario Alberto Kempes, “el matador”.

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