Hace un año el deportivismo se debatía entre la continuidad y el cambio. La precaria situación económica, el proceso concursal y un horizonte lleno de nubarrones negros obligaban a dar un giro en la gestión del Club. Este año estuvo marcado por el ascenso del equipo de la mano de Fernando Vázquez, la negociación con los principales acreedores del Club para establecer pagos y plazos viables, y la confección de una plantilla para defender la plaza en primera división.
Un año después la situación económica se ha reconducido y existe una planificación rigurosa a medio plazo, si bien no hay que olvidar que en este mundo del fútbol las predicciones nunca pueden considerarse del todo fiables. En el aspecto deportivotoca sufrir y mucho, como era de esperar. Pero es en cuestiones sociales donde acudimos a un momento especialmente delicado.
El brutal asesinato de Jimmy Romero, todavía sin esclarecer, ha provocado una crisis cuya gestión del suceso divide a la masa social. La Federación de Peñas presenta su dimisión, el Consejo cierra una grada por dos partidos y una buena parte del estadio pide el cese del entrenador y la dimisión del Presidente.
Delluctuoso suceso que causó la muerte de Jimmy Romero, poco aclara la policía. Al margen de interpretaciones interesadas y faltas de fundamento (¿existen pruebasdeterminantes?), los hechos constatables apuntana que un grupo de aficionados del Depor se dirigió a Madrid a ver el partido de su equipo contra el Atleti. Un viaje nocturno en autobús que los deja en los aledaños del Vicente Calderón a primera hora de la mañana, mucho antes de comenzar el encuentro. Allí estaban esperando un numeroso grupo de aficionados rojiblancos. El encontronazo termina en una batalla campal. Del resto poco se conoce, solo la brutal paliza que costó la vida a un aficionado coruñés al que arrojaron al río como si se tratase de un animal. Inexplicablemente las acusaciones sobre la responsabilidad de los hechos, entre otros del Secretario de Estado de Interior que noaporta datos esclarecedores, apuntan al RCD.
La primera medida, simbólica según explicaron,del Consejo de Administración es la clausura de la grada donde se sientan los Riazor Blues en una decisión tan desproporcionado como inútil, que ha provocado una importante fisura en el deportivismo. La prudencia aconsejaba exigir explicaciones y la aclaración de los hechos que costaron la vida de un deportivista, y no dirigir la miradaacusatoria a una parte importante y significativa de la afición. Es evidente que hay que buscar soluciones para separar el grano de la paja porque entre los Blues se esconde una minoría violenta, pero hacer tabla rasa generaruptura. Ha tenido que ser el capitán Manuel Pablo quien, en nombre del colectivo de jugadores, arroje un poco de cordura clasificando la decisión del Consejo de precipitada.
Por último, el lunes contra el Elche dispondrá Víctor Fernández de su primera bola de partido para reconducir la racha de resultadosnegativos de la temporada (dos victorias en 14 partidos). Una derrota supondría el cese del técnico maño, pero una victoria prolongaríaaún más su agonía. La principal apuesta deportiva del Consejo de Administraciónpara liderar el proyecto de retorno a la máxima categoría está bajo sospecha y con los días contados.
Artículo by pgarcia_ramos@hotmail.com en DXT Campeón el jueves 11 de diciembre de 2014.