By Arturo López Petinal
A la hora de hablar de los Betis – Deportivo de la historia, sin lugar a dudas, el que ocupa un lugar destacado en nuestras mentes es el de la promoción de 1992 en el que los verdiblancos se jugaban el ascenso a Primera y los deportivistas la permanencia en dicha categoría tras 18 largos años de travesía por la Segunda, Segunda B y hasta Tercera División
No sé por qué, pero no se suele hablar mucho de este encuentro a la hora de recordar las grandes gestas del Deportivo. Se habla –como no- del día de la Liga, de las finales de Copa ganadas, de las Supercopas, de las gestas europeas, de los ascensos… pero a la hora de referirse a aquel Betis – Depor del 92 se hace un poco de refilón. Y nunca supe el motivo. Como si no tuviera la importancia que realmente tuvo.
Algunos dicen que aquel día se puso la primera piedra del Superdepor. Es posible, pero no deja de ser una hipótesis. Quien sabe, si el Deportivo hubiese bajado de categoría aquel día, nadie sabría lo que hubiese venido después. Puede que subiéramos al año siguiente, o puede que no. Quizás Mauro Y Bebeto nunca hubiesen jugado en Riazor… Nunc a lo sabremos. Lo que sí sabemos es lo que realmente sucedió aquel día y lo que disfrutamos los años posteriores.
En mi caso particular, aquel 18 de junio de 1992 me pilló residiendo en Algeciras. Alli, como en toda Andalucía, los béticos se encuentran por cada esquina. La semana previa el ambiente era de euforia, con Sevilla como capital de aquella Expo 92 y con un calor sofocante que jugadores como Uralde o Sabin Bilbao supongo que nunca olvidarán. En el ambiente no se imaginaba otra cosa que en el “retonno der Beti a Primera Divizión” y en el derby con el Sevilla al año siguiente. Un Betis en el que, entre otros, jugaba Pepe Mel de delantero. La verdad es que lo intentaron durante todo el partido, pero al final, quien esto escribe, pudo celebrar el éxito del Deportivo en territorio que nunca fue enemigo, pues las personas que me acompañaban en aquel bar de Algeciras me felicitaron y me desearon lo mejor. Ni un reproche ni un mal gesto. Tan sólo la lógica decepción al verse un año más condenados a la Segunda División. Para el recuerdo de los deportivistas quedará la imagen de Arsenio y Martín Lasarte abrazándose mientras el primero le decía a éste aquella mítica frase de “¡Cuánto he sufrido Martín! ¡Cuánto he sufrido!” . Fue nuestro particular Villamarinazo, la primera vez que íbamos de convidados de piedra a un estadio y acabamos celebrando el éxito. Diez años después llegaría el Centenariazo, pero eso era algo impensable para nosotros en aquel momento.
Este lunes no habrá ningún Villamarinazo, pero es evidente que sería un paso de gigante traerse los puntos de Sevilla. La diferencia con el descenso aumentaría y la tranquilidad con la que afrontaríamos los cinco partidos restantes sería mucho mayor.
Como curiosidad, un resultado que todos firmaríamos sería el que se produjo en la temporada 2005-2006, la primera con Caparrós al frente: 0-1 con gol en el minuto 93. ¿El autor del gol? Un tal Rubén Castro ¿les suena?
5 comentarios en “Aquel Villamarinazo de 1992”
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Qué recuerdos de aquella plantilla y de aquella promoción donde bulgaro Kiriakov fue el protagonista
Qué recuerdos de aquella plantilla y de aquella promoción donde bulgaro Kiriakov fue el protagonista
Si recordamos momentos históricos decir que personalmente me marco mucho el partido que nos privó del ascenso a la división de honor en la temporada 83 ante el del Rayo Valelcano.
Aquella fue mi primera temporada de socio , y no se me olvidara nunca ese partido, recuerdo sobre todo ver que el Rayo estaba totalmente metido en la defensa, y Jorge (parrocho) se paso los ultimos minutos en el medio del campo.
Vaya palo llevamos ese dia!!!
Efectivamente, servía un simple empate y perdimos… parecía increible, pero fue verdad!