Hace unos días llegó al Real Club Deportivo de La Coruña el entrenador portugués Domingos Paciência, con la misión de hacerse cargo de un equipo hundido que tras cosechar unos malísimos resultados estaba por méritos propios en el último puesto de la tabla clasificatoría. Parece increíble que una victoria ante un duro rival como el Málaga en Riazor, ante la magnífica afición coruñesa, y en consecuencia el abandono del farolillo rojo haya hecho que la familia deportivista y el equipo confíen nuevamente en las posibilidades de salvación. Esta es la cara y cruz del antes y el después.
Lo que hace unas semanas era un valle de lágrimas y hoy en día no es una manifestación de júbilo desaforada, se ha convertido curiosamente en una situación de paz y calma que ni los más viejos del lugar son capaces de explicar. Es sorprendente que la mayoría de aficionados con los que tuve oportunidad de departir a lo largo de los últimos días me hayan trasmitido su plena y ciega confianza en el nuevo sistema impuesto por el portugués.
La llegada de este señor ha vuelto a hacer bueno aquella creencia popular que en el mundo de fútbol era una tradición convertida en realidad antiguamente, y no tanto hoy en día, que decía «a entrenador nuevo, victoria segura”. Ahora esperemos que no haga bueno aquel viejo refrán que se usaba cuando un asunto se empezaba con fuerza pero se debilitaba enseguida que rezaba «arrancada de caballo, parada de burro».
Pues bien, si la llegada de este Señor del que sabemos que como exfutbolista milito en el FC Porto y en el CD Tenerife y que a posteriori entrenó al Sporting de Lisboa, Sporting Clube de Braga, al que por cierto hizo Subcampeón de la UEFA Europa League después de eliminar a un poderos Benfica es capaz de trasmitir semejante animo, bien venido sea.
Es posible que Domingos tenga una barita mágica o que sus conocimientos sean muchos. Pero curiosamente el equipo titular del primer partido es casi el mismo que jugó a lo largo de la primera vuelta. Pero lo cierto, es que ha conseguido caer en gracia y levantar el ánimo de una hinchada que tenía grandes preocupaciones deportivas y concursales.
Hablando de este asunto que nos preocupa a todos los blanquiazules, decir que el Real Club Deportivo de La Coruña ya ha presentado la documentación para acogerse de forma voluntaria a la ley concursal. Para que esto se pueda dar, es necesario que el Deportivo haya presentado adecuadamente, junto con la solicitud de declaración del concurso, una serie de documentación e información jurídico-económica, necesaria para que sea declarado el concurso de acreedores. Dicha documentación junto con la solicitud, fue presentada en el Decanato de los Juzgados para que, una vez proveída, pueda ser dictado el Auto por el que se declare el concurso y, en la misma resolución judicial, se designe al administrador concursal.
Ahora esperemos que la Magistrada Dª Zulema Gento, titular del Juzgado Mercantil número 2 de La Coruña agilice el proceso de declaración del concurso para declarar el Auto con celeridad y así poder hacer que los anhelados ingresos televisivos que debe cobrar el RC Deportivo en breve acaben en la cuenta corriente del Club y no en la de la Hacienda Pública puesto que, uno de los efectos derivados de la declaración del concurso es que no pueden iniciarse embargos ni ejecuciones singulares.
En dicho Auto será muy importante la designación de un administrador concursal de valía contrastada y contrastada solvencia. Esta figura que puede recaer en un abogado, economista, auditor de cuentas o titulado mercantil será, muy pero que muy importante, casi tan importante como la llegada de Domingos Paciência. Sin complejos ¡Forza Depor!
