Al comienzo de la temporada nos marcamos un objetivo y no lo ocultamos: colocar al equipo en la Ok Liga. Ese fue nuestro punto de mira desde el principio. Las dos derrotas que cosechamos en los cuatro primeros partidos-en casa con el Traviesas y en Santiago con el Compostela- nos sirvieron para darnos cuenta que el camino no iba a ser fácil. Pero si algo tiene este equipo es que sabe competir y explotar sus virtudes. De hecho no volvió a escaparse ni un punto hasta conquistar la Copa. No se trataba de un objetivo pero sin duda nos sirvió para consolidar nuestro juego. La hora de la verdad empezó con la Liga y ahí creo que el equipo empezó a dar mucho de todo lo que se esperaba de él. Sólo el Traviesas fue capaz de ganarnos -¡y de qué manera, 0-4!- en una competición en la que mejorábamos los resultados de la Copa.
Hacer un doblete es genial pero sinceramente no creo que sea bueno más que para el equipo que lo consigue. Un reparto de títulos beneficia más al conjunto y para que haya competición hacen falta cuantos más y de mayor nivel, mejor. No quiero decir con esto que minusvaloremos a nuestros rivales, al contrario, esta ha sido la temporada más igualada de los últimos años, pero la liga Gallega necesita más competitividad para acercarnos a otras comunidades. El salto que hay hoy en día de la liga Autonómica a la Ok Liga es brutal. Ahí está el Traviesas, dos años jugándola e incapaces de hacer un solo punto.
Una vez finalizada la temporada y cumplidos los objetivos es fácil olvidarse de lo que nos costó alcanzarlos. Comenzamos a trabajar en el mes de julio y sólo nos detuvimos quince días de agosto. El resto del año hasta hoy mismo seguimos dando el callo. El merecido descanso llegará cuando confirmemos la plaza en la Ok Liga. Mientras tanto, en previsión de que tuviésemos que disputar una fase de ascenso, seguimos entrenando.
El tener un equipo en la Ok Liga es sólo parte de un ambicioso plan de difusión del hockey femenino que nos hemos marcado en el HC Borbolla. Hay mucho por hacer. No tiene sentido estar ahí arriba si las niñas de La Coruña que practican nuestro deporte no obtienen beneficios con ello. Ascendemos, estamos un año con las mejores del mundo, descendemos ¿y después qué? ¿Habrá valido la pena el esfuerzo deportivo y económico para esto? Si no hubiera nada detrás sólo habríamos conseguido alimentar nuestro ego y tener un montón de batallitas para contar. Decididamente no estamos aquí para eso. Hemos establecido unos planes estratégicos de fomento y perfeccionamiento que queremos hacer llegar a las niñas de todos los clubes. De momento, el próximo día 2 de junio, vamos a realizar en el pabellón de Monte Alto una jornada de convivencia en patines a la cual hemos invitado a todos los clubes de la ciudad y alrededores; para la próxima temporada tenemos la intención de poner en marcha, entre otras actividades, una escuela permanente de tecnificación y lo más importante: cargarnos el banquito que le ponían a la teniente O’Neil para pasar la pista de aplicación. En el HC Borbolla entendemos que la igualdad no es dar las mismas oportunidades sino tratar igual.
Aún queda mucho por hacer a favor del hockey femenino.