Artículo publicado por Fede G. Poncet en DXT Campeón el domingo 24 de marzo de 2012
En un acto de irresponsabilidad, como viene siendo habitual cada vez que se aproxima el Derby, algunos se dedican a calentar una jornada que solo debería disputarse en el terreno de juego. Es triste ver como algunos quieren ganar protagonismo a costa de decir barbaridades y ganarse el cariño fácil de su afición más radical. Normalmente el origen de esta pésima e impotente figura surge a raíz de la envidia y el complejo profesional. Todos fuimos jóvenes e hicimos cosas que nos ayudaron a corregir nuestros mayores, de las que nos arrepentimos y aprendimos. Hasta aquí podemos considerar los hechos frecuentes auque no normales.
Ahora que estamos a tiempo quiero advertir públicamente a las instituciones deportivas a las que pertenecen estas figuras camorrescas que tienen el deber moral de mediar en favor y defensa de los valores mínimos de convivencia y educación. Otros que tienen obligaciones competentes son los organismos responsables en materia de disciplina deportiva y orden público que deberían actuar de oficio ante casos donde existan indicios de alentar al desorden y a la violencia pública. La seguridad del aficionado y ciudadano debe estar por encima de todo, por lo cual la misión principal para prevenir hechos de los que luego no nos tengamos que arrepentir es esta.
¿Por qué digo esto? Por tanto estamos sufriendo como consecuencia que las empresas de trasportes no quieran poner a disposición sus autobuses para hacer el viaje a tierras viguesas con la hinchada blanquiazul, por miedo a que cuatro desaprensivos hagan daño a la expedición. Por qué, también comprobamos que el consejo de administración del Celta de Vigo recomienda no vestir o hacer gala del atuendo deportivistas en la jornada del Derby para evitar males mayores.
Pero, ¿Adónde vamos? ¿Qué es esto? Para qué vamos a viajar si no podemos animar a nuestro equipo ni podemos hacer gala de nuestros colores mientras esperamos que nos ataquen los alentados por unos imprudentes.
En fin, esperemos no tener que lamentar, como ya ocurrió en otras ocasiones, que la imprudencia de no aleccionar y actuar contra estos alteradores del desorden público nos hagan lamentar fatalidades irreparables.
Auque es de sobra conocida la rivalidad deportiva y las ansias por ver un nuevo clásico gallego Celta-Depor o viceversa no debe impedirnos ver claro que el los partidos comienzan con el pitido inicial y acaban con el pitido final.
Tolerancia cero con estas perjudícales declaraciones que pueden provocar grandes males. Pienso que la comisión antiviolencia debería actuar de oficio y actuar contra estos inconscientes que intentan convertir un partido de fútbol en una batalla campal.
Aun recuerdo como cuando Lionel Escaloni en medio del jubilo y en caliente tras la consecución del titulo liguero dirigió como maestro director la clásica cantinela a nuestro máximo rival al cantó “El Vigo No…, Vigo No”. El pasó de los días y en un acto de responsabilidad, pidió disculpas y trasmitió sensación de arrepentimiento tras haber podido herir a algunos. De sabios es rectificar. Forza Depor.