En “sucedió en MARINEDA” hablaremos de música.
Tarde muy singular en la Coruña, de ello nos habla su rica historia, ciudad realenga, cuyos ciudadanos lucharon con el fin de preservar sus libertades, costumbres arraigadas que se hicieron leyes, convirtiéndola en una ciudad libre, abierta, tolerante y culta, indómita como el mar que la rodea, con tal fuerza esculpe su litoral que la hace a veces inaccesible; otras, la besa cual amante fiel y surgen sus bellas playas de arena suave, de las que tanto disfruta el nativo o quien la visita.
Lo vientos propicios impregnan la ciudad de aromas primaverales; huele a sal, jazmín y azahares, sus jardines bullen con el trino de miles de pajarillos que, afanosos, construyen sus nidos- es tiempo de crianza y tiene que estar todo en orden para recibir a los nuevos inquilinos en su mullido interior- cumpliéndose una vez más el ciclo de la vida.
Los coruñeses circulan por la urbe con su peculiar dinamismo, acogedores siempre, en este ambiente distendido se oye la música de un violín; viene el sonido de la varias veces centenaria calle real, -vía cargada de historia, esculpida en las losas que la pavimentan-, por miles y miles de hombres y mujeres que, a lo largo de los tiempos circularon por ella.
En esta vía se ubica otra centenaria Sociedad que celebra con hidalguía y prestancia el 134º aniversario de su fundación que, cual pequeño grano de mostaza germinó, convirtiéndose en un frondoso árbol que, hoy acoge bajo su sombra no solo a los miles de asociados, sino a todo aquel que tenga algo interesante que exponer. Nos referimos al Sporting Club Casino de La Coruña.
Nacida como indicamos, un 16 de marzo del año del Señor de 1890, se encardinó de tal manera en el tejido asociativo de Marineda que no se concibe a la Coruña sin su Casino.
La nave casinita está presidida por Juan José Medin que, arropado por su junta directiva, con guante de seda pero mano firme la dirige a puerto seguro.
En este ambiente, en su sala de cultura, se celebran multitud de actos culturales; uno de ellos el concierto de violín que días pasados ofreció en dicho recinto Anderson Quintiliano, violinista afincado en la ciudad ártabra desde 2015; desde entonces anima las tardes herculinas interpretando música con su inseparable violín.
Nos comenta, “Suele estar tocando en el lateral del aparcamiento de la plaza de Lugo, allí se pone siempre a las cinco de la tarde, -hora muy taurina-, impecablemente vestido con su traje azul y la camisa blanca. Y allí lo esperan los niños que hacen corro para escuchar el violín o la viola de Anderson Quintiliano, el músico brasileño que desde hace varios años es una de las caras más conocidas de Coruña, se formó en la iglesia y como siempre tuvo músicos en la familia, enseguida desarrolló una vocación que lo ha llevado por distintas ciudades del mundo hasta instalarse en Coruña, Anderson, que dejó Brasil para instalarse en Galicia hace casi un decenio, toca el violín con su sonrisa. Es una de esas personas que te llega al corazón con su música y su simpatía. Empezó a estudiarla a través de su familia, que frecuentaba una iglesia cristiana, donde había una orquesta clásica (violines, chelos, pianos…), Todo lo que sabe lo aprendió por su cuenta y riesgo, pero este año ha decidido probar suerte con la enseñanza oficial para ofrecerle algo más a su público, acaba de conseguir plaza para estudiar en el conservatorio el curso que viene.
El público entregado disfrutó del bien elegido repertorio ofrecido por el músico.
Cinema Paradise- Meditación de Thais – Conte Partiro – Humoresque – Gabriels Oboe – The Sound Of Silence – May Way – You Raise me Up – Alleluya- Por una Cabeza – Serenade By – Mozart.
Como vemos, un muy cuidado programa que agradó al público asistente.
El acto comenzó con la presentación elogiosa que del músico hizo el dr. José Duarte Novo.
Al finalizar el concierto José Luis Martínez -directivo del club- entregó al músico un pequeño recuerdo de su paso por dicha Sociedad.
Desde FEDELLANDO deseamos todo tipo de suerte al aguerrido músico