Un día le pregunté a un colega músico cual era la mayor satisfacción de su profesión y me respondió: “que a la gente le gusten mis canciones”. Es cierto que hay compositores que no piensan así pero también que la mayoría cuando sienten la inspiración y cogen su guitarra o su teclado para sacar melodías, tararear estribillos o escribir letras, lo hacen para que su trabajo sea del agrado del que va a escucharlo.
Si en lugar de agradar a una sola persona, consigues que alguna de tus canciones guste a cientos, miles o incluso millones, no solo conseguirás tu propósito sino que serás el creador de un “nº1”. Empiezas a sonar en todos lados y tu canción pasa a ser denominada como un tema “comercial” independientemente de los beneficios directos que haya obtenido el creador, que en muchos casos son inexistentes.
Según la Rae, algo “comercial” es aquello “que tiene fácil aceptación en el mercado que le es propio”. Da igual si lo compras en la sección musical de “El corte Inglés”, en la “fnac” o el “emule” el caso es que lo tienes y te gusta, pero también le gusta a tu novi@, a tus amigos, a tus enemigos… Lo escuchas una y otra vez hasta gastar el modo repeat de tu ipod, lo escuchas en casa mientras te vistes, en el coche camino de la disco y por supuesto, cuando llegas lo primero que haces es ir a junto del deejay a pedirle esa misma canción… El te dice: “acabo de ponerla hace 5 minutos”, pero tu insistes: “¿y no me la puedes poner otra vez?, es que es mi cumpleaños”… Lo que sea por bailar la canción del momento.
A priori no deberíamos ver nada negativo en un tema comercial, sino todo lo contrario… En cambio, es mucha la gente que cuando se refiere a música con este controvertida etiqueta, lo hace con un cierto carácter despectivo, de forma independiente a su calidad y por sistema.
Yellow_submarine
Quien se lo diría a los Beatles si hoy en día sacaran al mercado su famoso “Yellow submarine” que causó furor allá por los años 60. Seguro que sonaría en todas las radios y de televisión, habría politonos para el móvil y sería remezclado por el mismísimo David Guetta para sonar en todas las discotecas. Sería denominado por todos como el éxito del momento, o lo que es lo mismo, una canción “comercial”. Que dirían los 4 fantásticos de Liverpool hoy en día si supieran que calificamos así a su submarino amarillo, ¿torpedearnos?