Mi gran amigo Rafa Real, ex empleado del Banco Pastor en La Coruña y ex directivo de “El Eco”, me remitió una curiosa colección de fotografías del desaparecido “Barrio Chino” de La Coruña. Son 18 instantáneas, en las que se ven las viejas casas (algunas ya en proceso de derribo), las estrechas calles de Papagayo y Tabares, Artillería, Hospital, escenas callejeras, habitaciones con las humildes camas donde se ejercía el lenocinio, prostitutas en las puertas, bares, la pobreza y miseria de las viviendas, algunas casi casi infrahumanas.
Incluso se ve al famoso “Julito Pamela”, que era toda una institución en esa zona de prostitución que, por cierto, era frecuentada por el jovenzuelo Camilo José-Cela, del que dicen que en un momento de enfado lanzó por el balcón de un primer piso el piano de “La Apacha”, que era una de sus amigas, en plena Guerra Civil.
Años más tarde, como recuerdo de sus “andanzas juveniles”, el entonces Alcalde de La Coruña José-Manuel Liaño Flores (que acaba de cumplir este mes 99 años de edad) le entregó la vieja placa de la calle Papagayo (según vemos en la primera fotografía) al luego Marqués de Iria Flavia y único Premio Nobel gallego. Corría el año 1976, y se celebraba en el Ayuntamiento de La Coruña una gran cena con motivo de inaugurar en el herculino Barrio de las Flores la amplia Ronda de Camilo José Cela.
En uno de los libros más famosos de Camilo-José Cela, “La familia de Pascual Duarte”, que es la novela española más traducida después de “El Quijote”, el protagonista comenta: “Estuve de sereno una temporadita en la Fábrica de Tabacos, e hice de todo un poco hasta que terminé mi tiempo de puerto de mar viviendo en casa de La Apacha, en la calle del Papagayo, subiendo a la izquierda, donde serví un poco para todo, aunque mi principal trabajo se limitaba a poner de patitas en la calle a aquellos a quienes se les notaba que no iban más que a alborotar”.
Años más tarde, Camilo-José Cela escribió “La Cruz de San Andrés”, novela que se desarrolla en La Coruña y con la que ganó el “Premio Planeta 1994”, obra en la que rememora sus correrías por el famoso lupanar del Papagayo, con citas específicas de Marica la Caralluda de Valadouro, Carmela Conacha Brava o Trinidad la Madrileña….
Otra meretriz famosa de ese barrio fue La Media Teta, llamada así porque, según me había contado Vituco Leirachá (que fue mi jefe en “La Voz de Galicia” casi 30 años) le faltaba una teta. También gozaba de bastante prestigio profesional La Vetorda a la que, según el citado Vituco, sus colegas de profesión llamaban “Ave torda” porque no era muy espabilada mentalmente. Según mis referencias había otra, bastante joven y agraciada, a la que llamaban “El pájaro eléctrico”, por la rapidez con que dicen movía todo el cuerpo mientras fornicaba….
También la famosa actriz coruñesa María Casares, hija de Santiago Casares Quiroga, el que fue Presidente del Consejo de Ministros de la República Española, popularizó el “Barrio Chino” coruñés en sus Memorias, y mi buen amigo Jesús Montero “Monty” guarda en su “Monty Ambigú” la placa de la antigua Travesía del Papagayo, adquirida en una subasta celebrada en Madrid.
Por cierto, la otra placa de la Calle del Papagayo quedó en poder de la familia de Jesús Pardiñas, por aquel entonces uno de los personajes más populares del “Barrio Chino”, en el que vivió desde los nueve años de edad, ya que sus padres tenían uno de los locales de diversión en esa popular y “pecaminosa” zona de La Coruña, donde muchos miles de jóvenes (y bastantes menos jóvenes) se “estrenaron” ….
Recuerdo que una noche del año 1959 recorrí todo el Barrio Chino coruñés. Por aquellas calendas yo vivía en Madrid, y vine a La Coruña para hacer las Milicias Universitarias, como Oficial de Complemento, en el Cuartel de Atocha, donde se ubicaba entonces el Regimiento de Infantería Isabel la Católica nº 29. Como estaba de “Oficial de Semana” el día que nos trasladamos con la tropa al Campamento de Parga (Lugo), tenía que tener a mi Compañía (“La 6ª”, la de “Destinos”, donde estaban todos los enchufados) en el patio del cuartel a las 6 de la mañana, con el fin de salir para la Estación de San Cristóbal, donde tomaríamos el tren para la citada localidad lucense.
Y para “matar el tiempo”, junto con otros dos oficiales nos fuimos a bailar a “La Granja”, la popular sala de fiestas de mi amigo asturiano Avelino Iglesias, y ya de madrugada dirigimos nuestros pasos (uniformados y con pistola, incluso) al “Barrio Chino” coruñés. También recuerdo que, aunque fumamos mucho, no tomamos alcohol ni “pecamos” pues al día siguiente nos esperaba un largo recorrido a pie desde la estación lucense al “casi tercermundista” Campamento…. Y a las 6 en punto estábamos los tres en el Cuartel, que se encontraba distante apenas unos 400 metros. ¡Menuda sonata eché en aquel viejo tren!.
Cambio de tema, para comentarles que uno de los libros recomendados por “El Corte Inglés”, sobre todo para regalar en las próximas fiestas navideñas, es el titulado “Amor Amargo” (segunda de las fotografías que ilustran esta información), del que es autor mi buen amigo y distinguido colega Xosé-Antonio Perozo, al que conocí en sus tiempos de la Televisión de Galicia, teniendo el honor de participar en alguno de sus exitosos programas. Según me comentó el propio autor, su nueva obra gira en torno al acoso juvenil, y ha superado ya la barrera de los 40.000 ejemplares vendidos. ¡Casi nada, en estos tiempos de penuria económica!.
Finalizo por hoy. Prometo seguir publicando más crónicas de este “Estado de Alarma-Toque de queda”. ¡¡¡Mientras el cuerpo aguante!!!. (Fotos: Lajos Spiegel