El pasado día 16, Salvador Castelló (que figura a la izquierda, en la primera fotografía), Alcalde de Pinedo (Valencia) y Presidente de la “Falla Mosén José Cuenca”, me remitió este mensaje: “Por cierto, quería comentarte que ayer oficialmente se suspendieron las Fallas 2020, a causa del Covid-19. Es una circunstancia especial, ya que desde la existencia de las fiestas falleras allá por finales del siglo XIX, sólo se habían suspendido durante los tres años de la Guerra Civil. Pero no pasa nada, cogeremos fuerzas para recibir con más fuerza que nunca las Fallas 2021”.
Como informé en varias ocasiones, les recuerdo que, casi sobre la bocina, se habían aplazado las Fallas de este año, ya que el “Estado de Alarma” dio comienzo el 14 de marzo, o sea cuatro días antes de “La cremá”, la gran noche en que se queman los cientos de fallas que arden en toda la Comunidad Valenciana durante la larga y festiva noche de San José.
En un principio, y por culpa del maldito Coronavirus, se decidió aplazar las Fallas de este año para el próximo mes de julio, pero a la vista de las circunstancias los organizadores han decidido suspenderlas definitivamente. Como buen español, pero sobre todo en mi condición de “Fallero de Honor”, lamento profundamente que se haya tenido que eliminar una de las fiestas españolas de mayor trascendencia mundial.
Y, además de las Fallas, en España se han tenido que suprimir otros grandes eventos de trascendencia turística internacional, cual es el caso de la Feria de Abril, en Sevilla; los San Fermines, en Pamplona; el San Isidro, en Madrid; la Noche de San Juan, en La Coruña; el Festival Internacional Celta de Ortigueira (La Coruña); el “Día das Letras Galegas”;…. así como otros numerosos eventos culturales, deportivos, artísticos, empresariales, universitarios y musicales. Es lo que hay….
Uno de los más viejos refranes que conozco, afirma “No hay mal que por bien no venga”, y esa máxima del saber popular le es de perfecta aplicación a mi buena amiga Lola Fernández España, ex Secretaría de Ayuntamiento y excelente pintora. La pandemia del maldito Coronavirus la cogió, en compañía de su señora madre, en su querido pueblo de Coristanco (La Coruña), donde llevan a rajatabla la forzosa confinación decretada por nuestro Gobierno nacional.
Lola llevaba bastante tiempo sin que las circunstancias y el entorno la animasen a pintar, pero la petición que le hicieron de alguna obra suya para ayudar a los más afectados por la pandemia la motivó de forma especial y decidió retomar los pinceles. Y hablando de obras suyas, me dijo que está muy contenta porque el Ayuntamiento de Coristanco eligió para el logo de su Biblioteca un cuadro suyo, en el que se ve un barco, según se puede comprobar en la segunda fotografía. Motivo muy apropiado, sin ningún género de dudas, ya que el lema de la mencionada Biblioteca es “Navegando por un mar de libros”. ¡Enhorabuena, querida Lolecha!.
Sobre mis “Partes de Guerra”, Juan-Manuel Sánchez-Quinzá Torroja, Profesor Titular de Economía de la Universidad de La Coruña y de la Universidad Senior, opina lo siguiente: “Los estoy leyendo. Están interesantísimos. Es la forma de enterarse de todo. Muchísimas gracias Roberto por referirte a mí en tu XXXI Parte de Guerra. Cuenta conmigo para lo que necesites. Un abrazo fuerte”. Me alegro que te hayan gustado, Juan-Manuel
Desde Ferrol, la destacada pintora Manuela Castro me remitió este correo: “Hoy ya he leído tu «Parte de Guerra «. Enhorabuena !!!!. Ya veo que tu hermana sigue cuidándote mucho. Es muy bonito vuestro cariño y con la felicidad que sentirá al verte bien. Jajaja, perdona no soy capaz de escribirte. Tengo al momento llamadas de los hijos, y no se puede atender a todos los teléfonos. El que me llenó de alegría fue el de mi nieto Pablo. Por video. Tiene 3 años y todas las noches nos vemos y llamamos. Me gustan las fotos de panoramas y muy coloristas. Yo para final de mayo tengo que entregar 4 obras. Las estoy terminando y los paisajes y cielos me encantan. Te deseo muchísima suerte. Un abrazo”. Otro tanto te deseo, querida Manuela.
Desde Madrid, recibo nuevas noticias del vimiancés y Académico Dr. Manuel Mourelle de Lema, que se muestra muy crítico con nuestra paisana Yolanda Díaz, a juzgar por este breve correo que me remitió: “La sedicente Ministra. ¿Por qué no hacéis lo posible para que lleven para su parroquia a la sedicente Ministra Yolanda?. Una nefasta mujer. Manuel Mourelle”. Pues dicho queda, don Manuel.
Turno ahora para los que figuran incluidos en el “Grupo de Riesgo”, a causa del maldito Coronavirus. Y hoy se asoma a mi ventana informativa Giuseppe Toma Maggio (a la derecha en la tercera fotografía, con el abogado Gonzalo Quiroga y yo), italiano de origen, pero coruñés de corazón y ejercicio, tras muchos años residiendo en la Ciudad de Cristal, es uno de los frecuentes asistentes a la celebración de mis dos cumpleaños (14 de julio y 30 de diciembre).
Ahijado mío en el Club de Leones La Coruña-Marineda, Giuseppe nació el 8 de diciembre del año 1958, y fue durante muchos años Cónsul de Italia en Galicia. Era una época en que había intensas y frecuentes relaciones comerciales y laborales entre nuestra Comunidad Autónoma y el país de los espaguetis y las pizzas.
Giuseppe Toma tuvo el restaurante “La Spiga”, en la coruñesa y turística Playa de Santa Cristina. Pero una cosa que quizás no sepan muchos de ustedes es que nuestro protagonista de hoy es un sensacional ebanista, de lo cual da fe el excelente mueble que hay en el vestíbulo de la casa de mi hija Isabel.
Me costó bastante trabajo localizarle por teléfono debido a que, según me explicó, acababa de someterse a una operación de glaucoma, y por tal motivo tuvo el teléfono desconectado. Lo operaron en el Hospital Abente y Lago, en la ciudad de La Coruña, y la operación ha sido un éxito, cosa que celebro de todo corazón.
Giuseppe reside en la coruñesa Ronda de Nelle, cerca de la Iglesia de San Pedro de Mezonzo y, en sus propias palabras, lleva el encierro forzoso “de puta madre”. Para no forzar el ojo, pasea mucho por la casa, que es bastante grande, y escucha música, también la radio y ve algo la televisión.
Antes de la operación trabajaba algo en casa, como buenamente podía. Reconoce que cocinar no es lo suyo, pero tamaña carencia no le importa lo más mínimo ya que su compañera, la colombiana Estela, cocina estupendamente.
Me dice que no tienen ni gato ni perro, ni siquiera se lo planteó en su momento como una excusa autorizada para poder salir a pasear, ya que los considera “un coñazo, peor que una criatura”.
Tras un buen rato de amena y distendida charla, durante la cual pude comprobar que sigue muy animoso y optimista, quedamos emplazados para vernos el 14 de julio en la celebración de mi cumpleaños. ¡Así sea, mi querido amigo!.
Y finalizo por hoy. Prometo seguir dándoles más “Partes de Guerra”. Mientras el cuerpo aguante…. ¡¡¡Saludos y salud!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)