Hace un par de semanas, por medio de la excelente pintora ferrolana Manuela Castro y de su esposo, Fernando Mera, con quienes aparezco en la segunda de las fotografías que ilustran esta información, tuve la grata oportunidad de conocer al también pintor Rafael Castro Estévez, que es una auténtica memoria viva, y muy lúcida, por cierto, de una Galicia que en sus tiempos laborables era una auténtica potencia industrial a nivel nacional e internacional.
Rafael Castro está a punto de cumplir 98 años de edad, pero se conserva en perfecta forma tanto física como mental. Aunque nació en Madrid, el 11 de mayo de 1922, es un gallego ejerciente de los pies a la cabeza. Por cierto, Rafael me subraya que nació el mismo día que nuestro paisano y gran Premio Nobel Camilo José Cela…..
Hijo de madre gallega, de Entrimo (Ourense), y de padre de Segovia, Rafael dejó Madrid apenas con un año de edad, al trasladarse su familia a vivir a la localidad ourensana de Bande. Posteriormente se mudaron a Ourense capital, hasta que decidieron llevar sus bártulos a la industrial y señorial ciudad de Ferrol.
En la actualidad, Rafael Castro (con quien aparezco en la primera de las fotografías) está encantado de residir en la ciudad de La Coruña, urbe en la que viven sus hijas, concretamente en la conocida calle de La Merced, popular rúa que está integrada en el muy castizo barrio herculino de Los Castros.
Dotado de una memoria prodigiosa, Rafael Castro recuerda que vivían en la céntrica Calle María, justo al lado de la casa en la que nació el General Francisco Franco Baamonde, y fue allí donde conoció y trató a Nicolás y Pilar, que eran hermanos del luego denominado Caudillo.
Rafael Castro vivió los cinco años de la Segunda República Española ayudando a su padre en el Kiosko que tenía en la ferrolana Plaza de Armas. Su padre, hombre emprendedor y de grandes inquietudes, había estado al frente de la madrileña “Editorial Castro” (nada que ver con su familia), hasta que se hizo cargo del Kiosko del Carmen.
Fue en ese ajetreado y conocido Kiosko, en el que trabajaban todos los días de la semana de 7 de la mañana a 10 de la noche, donde comenzó a dibujar Rafael Castro. Tenía por entonces nueve años de edad, y según me comentó hasta los veinte años “hizo de todo”. Incluso tuvo que hacer de padre, ya que su progenitor falleció cuando Rafael tenía solamente 16 años de edad y él era el mayor de ocho hermanos….
En octubre del año 1941 entró en los famosos y potentes “Astilleros del Noroeste” (ASTANO), en Fene-Ferrol, cuando se produjo su fundación. Recuerda que por aquellas calendas eran solamente 27 empleados, y que en los años sesenta del pasado siglo superaban los 8.000. Hasta el año 1982, que se jubiló, fue Jefe de Primera de Administración General, y actualmente es el último de los fundadores vivos de la otrora potentísima industria gallega, astillero del que salieron casi todo tipo de barcos e incluso petroleros de más de 300.000 toneladas…..
Hombre polifacético, Rafael, cuyos abuelos eran portugueses, residió en Lisboa, llegando a ser Presidente de su acreditado Centro Gallego. También fue subcampeón gallego de ciclismo y Presidente de la Cocina Económica de Ferrol. Tras quedar viudo, fue a vivir con una de sus hijas.
Como dije ya, Rafael Castro comenzó a dibujar apenas con 9 años de edad, haciendo caricaturas a muchos de los clientes habituales del Kiosko familiar. Dos años más tarde obtuvo el primero de una gran lista de premios y distinciones, y a los 18 años comenzó a pintar de una forma más acorde con sus grandes valores artísticos.
Autor de más de 80 exposiciones individuales, en muy diversos lugares de la geografía española: Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid…. toda Galicia, e incluso en París (Francia), amén de más de media docena de muestras colectivas, recuerda Rafael Castro que su primera salida al público tuvo lugar en el Casino de Ferrol, en el año 1945, y que entre las destacadas personalidades artísticas y culturales asistentes se encontraba Seijo Rubio, soberbio artista al que yo conocí en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de La Coruña.
Rafael Castro considera que su estilo es de un impresionismo realista, pero por encima de todo paisajista, sobre todo gallego, una región de la que se enamoró desde su más tierna infancia, y aún más a medida que avanzaba en el Arte de Apeles.
A los 80 años de edad decidió “colgar los pinceles” (yo creo que prematuramente), y con tal motivo el Ayuntamiento de Ferrol le dedicó una gran Exposición Antológica, en el Centro Cultural Torrente Ballester. Fue, recuerda Rafael no sin cierta nostalgia y emoción contenida, algo realmente inolvidable; y yo, tal cual se lo cuento. (Fotos: Lajos Spiegel)