Desde los tiempos del casi mítico José-María, que hace más de medio siglo era el mejor (y único) guardia municipal (así se llamaban entonces esos agentes de la autoridad) de Oleiros (La Coruña), creo que no hubo otro guardia más emblemático que Lino López Rodríguez, querido amigo y estimado vecino en la coruñesa Playa de Santa Cristina. Y a Lino dedico hoy mi artículo diario, porque el pasado 2 de octubre “entregó la cuchara”, como se decía en los tiempos de “la mili” obligatoria cuando un soldado se licenciaba definitivamente. Y eso fue lo que hizo Lino ese día feliz en que dejó la filas de la Policía Local (como se llama ahora) y pasó a engrosar la cada vez más nutrida nómina de jubilados españoles. Atrás quedan nada menos que 32 años de servicios activos y continuados a la ciudadanía oleirense.
Aunque vivió toda su vida en Oleiros, Lino nació en el Materno Infantil de La Coruña, el 24 de enero de 1959. Estudió las primeras letras en el colegio del Puente del Pasaje, de donde pasó al vecino Colegio Santa María del Mar (Jesuitas), que en su opinión era “muy abierto” parea esa época. Además de trabajar en la Mueblería de su padre, donde estuvo 10 años, desempeñó varios trabajos, incluso de camarero. En busca de estabilidad, el 1 de marzo de 1987 entró en la Policía Local de Oleiros, sintiendo gran satisfacción al servir a la gente. Recuerda que una de las personas que más le ayudó fue “Mito” (Guillermo Fernández Obanza) y que cuando entró eran 6 policías, y que ahora son 36. Le gustaba más estar en la calle que en la oficina, y siempre trató de solucionar las cosas antes que sancionar. Hace unos días, le hicieron un merecido homenaje, al que asistió la Teniente de Alcalde María-José Varela. Padre de dos hijos varones, le gusta el deporte, sobre todo el mar, y viajar (tiene en perspectiva ir a Cuba, Colombia y Londres)…. Tal cual, se lo cuento. (Foto: Lajos Spiegel)