Un dicho popular de mi infancia afirma que en el mes de agosto se celebran en Galicia las fiestas de “Santa María de todas las partes”, porque rara es la ciudad, villa o pueblo gallego que no honre a Santa María durante el citado mes.
Por su especial potencial económico y gran repercusión mediática destacan las de ciudades como La Coruña y Vigo, urbe ésta que se ha conmocionado profundamente debido al grave accidente ocurrido durante la celebración del festival de “O Marisquiño”, que por lo que se ve va camino de dar trabajo a los tribunales de justicia. Y donde se produjo otro incidente notable, por fortuna también sin consecuencias fatales, fue en la suelta del famoso Globo de Betanzos, que el año pasado contemplé desde lo alto de la torre de la Iglesia de San Francisco, por gentileza de Emilio Pita (responsable máximo de esta más que bicentenaria actividad) y de su encantadora prima Pilar. Este año se frustró (como sucedió en 1964) la subida del aerostato de papel más grande del mundo, debido a que el gigantesco globo de papel se rompió, según se aprecia en la fotografía, a causa de las fuertes ráfagas de viento y al choque del artilugio contra una de las farolas de la amplia Plaza García Hermanos, ocupada esa noche del pasado día 16 (festividad de San Roque, Patrón de Betanzos, al que la gentil alcaldesa María Barral había realizado horas antes la tradicional ofrenda, muy atinada y reivindicativa, por cierto) por más de 50.000 personas. Pero el disgusto y la decepción general no impidió que continuasen los festejos, sobre todo con los populares y exitosos “Caneiros”, con música en las calles, actos culturales, verbenas populares, y romería en los jardines enciclopédicos de “El Pasatiempo”.
La vida sigue, y “Mientras el cuerpo aguante, voluntad no falte”, como dice uno de mis lemas preferidos. (Foto: Esther López)