El pasado lunes asistí, en La Coruña, al exitoso estreno de la película “Pucho Boedo, un crooner na fin do mundo”, dirigida por el polifacético Xurxo Souto, con quien aparezco en la fotografía ese día. Fue tal la expectación despertada, que una hora más tarde hubo que repetir la función, dada la gran cantidad de público que no pudo acceder al local del Fórum Metropolitano en el pase de las 19,30 horas. El film narra la historia de este cantante coruñés, al que tuve el gusto de tratar personalmente y que cuenta con una calle y dos monumentos en su ciudad natal. Dotado de una gran voz, Pucho era mucho más que un “vocalista” o un “animador”, como se decía entonces. Era un auténtico “showman”, un “crooner” (trovador). Aunque muy pronto se trasladó al barrio coruñés de A Silva, Pucho (José Boedo Núñez) nació en La Fortaleza (hoy Polígono La Grela-Bens), en 1929, y murió en su ciudad el 26 de enero de 1986. En 1936 fue fusilado su padre, miembro de la “CNT”, y un año más tarde su hermano Antonio. Tras ganar un concurso en Radio Juventud de La Coruña, Alfonso Saavedra lo fichó para “Los Trovadores”, pasando luego a “Los Satélites”, con los que viajó a Venezuela, país en el que se quedó durante un tiempo. De regreso a España, volvió a “Los Trovadores”, de Pucho Portela y Lorenzo Valverde. Luego, con “Los Tamara” de Prudencio Romo, se convirtió en el “crooner na fin do mundo” de la película de Xurxo Souto. En Suiza hizo renacer la música gallega, con versos de Curros, Pondal, Rosalía y Celso-Emilio Ferreiro. Los graves problemas renales que acabarían con su vida, le obligaron a dejar “Los Tamara” en 1976. Tras residir en Mallorca, regresó a La Coruña y en 1982 inició su carrera como solista, hasta que no pudo más, recibiendo numerosos homenajes ante de su muerte, que fue un tremendo golpe para la cultura gallega. (Foto: Lajos Spiegel)