El modelo de competición de la Champions League tiene muchas virtudes. Desde que se estrenó este formato en 1992/93 ha permitido la concurrencia de los mejores equipos de las ligas europeas más importantes sin necesidad de que ganaran su campeonato nacional, condenando, eso sí, a los clubes de países con competiciones más modestas a pasar un ronda previa. El resultado es un torneo más competido y capaz de generar una cantidad de ingresos jamás soñada anteriormente.

Con casi veinticinco años de recorrido, la llamada fase de grupos no deja de ser una etapa de rodaje donde los grandes clubes se garantizan una cantidad económica importante en virtud a los puntos conseguidos. Aunque sólo se clasifican los dos primeros para octavos de final, permite a equipos menores codearse con la aristocracia del fútbol europeo y tiene, por otra parte, el consuelo o recompensa para los terceros en discordia de meterse en la Europa League.

Dicho esto, ayer se cerró la fase de grupos y a partir de ese momento llega la competición más pura, la emoción, las eliminatorias a todo o nada, vuelve, en definitiva, la esencia de la Copa de Europa donde se juegan todas las opciones en un envite de ida y vuelta. Por esta razón es de agradecer que la UEFA haya mantenido esta modalidad a partir de octavos de final.

Quizás este modelo suponga un filtro insuperable para plantillas modestas y sea muy previsible conocer los equipos que se disputarán el título, circunstancia que evita las sorpresas que en su día dieron el Steaua de Bucarest o PSV Eindhoven. Tampoco parece un misterio que el campeón saldrá de la Liga española, la Premier, la Bundesliga, la Ligue 1 francesa, el Calcio o la Primeira Liga portuguesa.

También es discutible que no se puedan enfrentar en la primera eliminatoria clubes del mismo país, pero el ganador final habrá demostrado que tanto en la liguilla como en las eliminatorias ha sido el mejor.

Personalmente creo que España seguirá, un año más, siendo el dominador de la Copa de Europa. Real Madrid, Atlético y Barcelona han demostrado en los últimos tres años un rendimiento extraordinario en esta competición.

Del resto de tradicionales favoritos creo que la Juve puede ser la escuadra más peligrosa debido principalmente a ese carácter competitivo que siempre lucen los italianos. Presiento que otro fijo como el Bayern no asusta tanto como en anteriores ocasiones y algunos de los eternos aspirantes bien sea el PSG, Arsenal o Manchester City, están un peldaño por debajo de los favoritos y habrá que ver hasta dónde pueden llegar. Cualquier otro equipo que llegara a la final que se disputará en Cardiff el 3 de junio del año próximo sería una sorpresa.

@pgarcia_ramos

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