Hoy se juega uno de los partidos más esperados de la liga por la afición blanquiazul, y digo uno, porque considero que el partido verdaderamente esperando por todos los deportivistas es siempre el que se juega en el campo de Riazor. Para los que somos del Depor nuestro más adentro nos hace creer en nuestras posibilidades y para ello de antemano nos erigimos en favoritos, salir confiados que a la vez consideramos un buen punto de partida.
¿Podemos? Claro que sí. Lo hemos hecho en múltiples ocasiones y lo vamos a repetir. Espero y deseo que el que lea esta columna en la tarde de hoy ya con un resultado final haga fuerte la creencia de que querer es poder.
En este ocasión debemos aprovechar nuestras bazas y principalmente el desconcierto que viven en la ciudad olivica los aficionados celestes después del los últimos acontecimientos acaecidos en los últimos días. La venta de un paquete importante de acciones a un grupo chino y el órdago lanzado por actual presidente del Consejo de Administración del Celta de Vigo son la causa. Aunque la poca querencia del los aficionados celestes a suscribir acciones es la consecuencia.
El ultimátum de Carlos Mouriño al mismísimo Ayuntamiento de Vigo exigiendo la venta del estadio municipal al club es un autentico insulto al pueblo vigués. Los chantajes no deben y pueden consentirse nunca, y para ello los estamentos de la ciudad de Vigo han mostrado con fuerza y contundencia su total negativa a negociar dicha cuestión.
Pese a ser nuestro máximo rival históricamente, y quizás haciendo gala de la relación amor odio entre ambas ciudades y aficiones hoy no me queda más remedio que solidarizarme con los accionistas, aficionados y socios del Real Club Celta de Vigo que serán los encargados de liderar un frente en defensa de la causa devuelva el club a Vigo y en consecuencia a los vigueses. Voy a ir un poco más lejos, no me gusta nada de nada lo que puede pasar con el accionariado del Celta y mucho menos el órdago que ha lanzado su presidente.
En conclusión, y a modo de prevención en pro y defensa del accionariado del Real Club Deportivo de La Coruña y ateniendo el dicho de cuando las barbas de tu vecino veas pela, pon las tuyas a remojar. Me veo obligado a recordar a todos los que formamos el Depor que más vale prevenir que lamentar.
¿Cómo se consigue? Suscribiendo acciones y dividiéndolas lo máximo posible entre la masa accionarial, invitado y convocando a todo el que tenga amor por los colores deportivistas y la ciudad a colaborar en la medida que cada uno pueda. En ello debe poner toda fuerza el actual Consejo de Administración deportivista presidido por Tino Fernández haciendo un esfuerzo en difundir, sensibilizar y motivar la participación de un proceso de ampliación que está abierto. ¡Forza Depor!