Vaya por delante que tengo plena confianza en que nuestro querido Real Club Deportivo de La Coruña conseguirá salvarse y permanecer una temporada más en la máxima categoría del fútbol nacional. Es un momento importante en el que todo el deportivismo debe permanecer unido sin ningún tipo de fisuras. Faltas unos días para que acabe la competición y ese es el momento donde cada uno debe hacer examen de conciencia y asumir responsabilidades. Los últimos meses unos pocos fuimos avisando del error que podía suponer la falta de autocritica y el cobijo voluntario de algunos que querían defender sus errores con excusas de mal perdedor. Evitar reconocer errores propios es una de las causas que nos ha llevado a esta situación. Espero que algunos aprendan la lección y no vuelvan a tropezar nuevamente en la misma piedra.
Las mala suerte, los malos o buenos arbitrajes y en consecuencia los errores humanos llevan formando parte del mundo fútbol desde siempre. De ahí la grandeza del balompié. De hecho por la historia del mundo fútbol han pasado lances como la mano de Dios (gol anotado por Diego Armando «El Pelusa» Maradona en el partido que los argentinos diputaron ante Inglaterra en cuartos de final del Mundial 1986 disputado en Méjico) o en el mismo campeonato el gol no concedido a Michel ante Brasil. O años atrás el (no) gol de Cardeñosa ante Brasil en el Mundial de Argentina 78 y donde a Julio Cardeñosa se le conocido mundialmente por el clarísimo gol que falló en aquel partido. Estas situaciones forman parte de este juego y debemos contar con ellas.
En la punta de mira de algunos deportivistas, dentro y fuera de la plantilla, los más apuntan a Víctor Sánchez del Amo como máximo responsable de la situación en caída libre que vivió el equipo en los últimos meses. Una vez finalizada la temporada será momento de analizar el fuerte comienzo de temporada y el posterior bajón del equipo. No creo que haya sido el mejor momento para cuestionar a Víctor públicamente. Estoy totalmente de acuerdo que cuando las cosas no funcionan como debían o cuando un equipo está de bajón se deban tomar medidas. Pero también tengo mis serias dudas de que poner en entredicho la autoridad de un director de orquesta sea lo más adecuado en estos momentos. Ahora es momento de tener confianza, trabajar y estar unidos para salvar la categoría. ¡Forza Depor!