Muy bien podríamos titular así la muy interesante exposición de pintura que Marisa Rodríguez presenta en la Asociación de Artistas en Riego de Agua.
20 piezas de luminosidad exquisita , no en vano frecuentó la pintora los talleres de grandes del arte, nos estamos refiriendo a Segura Torrella, González Collado, Carpo o Laureano Vidal, todos ellos dejaron en la artista su impronta. Nos muestra la pintora una gran sensibilidad ,muy colorista; su dibujo suelto nos sugiere, sin olvidar las proporciones; la imágenes reales. El dibujo llenó su vida desde muy niña y las enseñanzas de sus maestros le indicaron el tortuoso y difícil camino del arte. La belleza hay que entenderla , como verdad ,sin la luz y la sombra nada existe .Quedarse sólo con la parte más externa de las formas de uno u otro artista es quedarse corto. El pintor, puente entre la luz y la sombra, nos muestra el impulso de la luz por transitar la sombra.
Pintar o esculpir , calma sin duda la mente que da la visión de la eternidad del tiempo. Retira la tensión, hace contemplar la belleza, nos lleva a cantar la esperanza y nos inspira a hallar el valor de la vida. Nos encontramos ante el trabajo amable, minucioso de una trabajadora que nos desnuda su alma a través del color de su obra ; obra que hace vibrar el espíritu de su contemplador. Gracias Marisa por transmitirnos esa sensibilidad.