El sábado coinciden dos de los derbis más esperados por los aficionados. En Vigo se enfrentan Celta y Deportivo, duelo gallego por antonomasia, y el Barcelona lo hará contra el Real Madrid en la Ciudad Condal. Distintas aspiraciones en cada uno de los cuatros contendientes pero siempre con ese punto de rivalidad de las grandes ocasiones.
En Barcelona, además, se rendirá merecido tributo a Johan Cruyff, un futbolista que casi podemos situar a la altura de los más grandes, quizás un peldaño más abajo que Di Stéfano, Pelé, Maradona o Messi. Sin duda el mejor pelotero nacido en Europa. El holandés trajo al Barcelona y por extensión al resto de España, un nuevo concepto del fútbol que ya triunfaba en el Ajax y en la selección orange. Acostumbrados como estábamos al juego de toque y al pie, Cruyff proponía un concepto más innovador que se cimentaba en pases adelantados y al hueco esperando la carrera del extremo. Imprimió un nuevo rumbo al Barça durante su etapa de jugador que continuó posteriormente como entrenador y factótum de la plantilla. El genio holandés marcó un cambio de rumbo en Camp Barça que perdura en la actualidad.
En cuanto al partido, poco interés para la clasificación pero mucho por las sensaciones que pudiera dejar. Si gana el Barcelona tendría todavía más cerca el título de Liga, añadiría un triunfo a la escandalosa secuencia de partidos que lleva imbatido e incorporaría una muesca más al imaginario de sus enfrentamientos con el Madrid.
Los blancos poco se juegan. Tienen prácticamente asegurado su billete para la próxima edición de la Champions League, competición donde precisamente tienen puestas todas sus esperanzas esta temporada. Sin embargo, una derrota clara precipitaría la toma de decisiones de cara a planificar la próxima temporada, un proyecto –recordemos- lastrado por la sanción de la FIFA que impedirá realizar fichajes después del verano. Una victoria o empate ratificarían la apuesta por Zidane y, posiblemente, espantarían las dudas que pesan sobre su capacidad como estratega.
Más cerca, en el derbi gallego, los vigueses pelearán por mantener sus opciones europeas, más cerca de la Europa League que de la Champions, mientras que los coruñeses tendrán la oportunidad de certificar su permanencia en el estadio de Balaídos. A priori el Celta parte con ventaja de campo además de tener el equipo muy engrasado, con una línea de atacantes temible. El Depor jugará con la tranquilidad que le dio el triunfo ante el Levante y desde la comodidad de estar en mitad de la tabla.
Nos espera, en ambos casos, una tarde de sábado apasionante con dos duelos que los aficionados tenemos marcados desde el principio de temporada y donde está en juego algo más que la victoria: la dulce satisfacción de vencer a nuestro enemigo favorito.
@pgarcia_ramos